lunes, 17 de mayo de 2010

SEPULTAN A SOTO HAYET EN EL CRISTO REDENTOR...

Natalia Tejera, de la Asociación Cubana, defendió la moral de Soto.


Despedida. La viuda de Rubén Soto Hayet, Consuelo, es saludada por algunos familiares durante el entierro de ayer.

ASESINATO
LAS DAMAS DE BLANCO DEFENDIERON LA CONDUCTA DEL EMPRESARIO CUBANO

Despedida. La viuda de Rubén Soto Hayet, Consuelo, es saludada por algunos familiares durante el entierro de ayer.Ramón Urbáez

hector.urbaez@listindiario.com

Santo Domingo
Compatriotas cubanos ofrecieron ayer una sentida despedida a los restos del empresario Rubén Soto Hayet, asesinado el viernes pasado en el parqueo de la cafetería “La Francesa”, y defendió su conducta y trayectoria empresarial de más de 40 años.
“Jamás vimos en él una sinuosidad mental, ninguna torcedura de carácter, ni la menor turbidez en su conducta, ni complicidades ni culpas que simular”, dijo el periodista Mario Rivadulla, quien leyó el panegírico en el cementerio Cristo Redentor.

No era suegro de nadie
Rivadulla y otros miembros de la comunidad cubana negaron que Soto Hayet fuera padrastro de la esposa del asesinado coronel de la Policía, José A. González (Madelin Bernard), y por consiguiente suegro de éste.

“Eso no es verdad, no se de dónde lo sacaron, lo único cierto es que el tuvo hace años una relación con la madre de esa muchacha (Madelin Bernard), pero no es su padre adoptivo ni tampoco de crianza, ni suegro del ex coronel González, como se ha publicado”, precisó Rivadulla, quien dijo que Rubén era un hombre sencillo y humilde, y que por eso quizás no se ocupó de desmentir esas informaciones.

“Doña Consuelo de Soto, a quien todos conocemos como doña Concha, ha sido su única esposa y no tuvieron hijos, entonces no puede ser suegro de nadie”, precisó.

Trayectoria
El empresario Soto Hayet llegó al país a mediados de la década de los sesenta, tras ser expulsado por segunda vez de Cuba. Estaba preso como expedicionario de Playa Girón y fue entregado a Estados Unidos por el gobierno comunista de Castro a cambio de un cargamento de compotas.

La invasión de Bahía de Cochinos, también conocida como Invasión de Playa Girón, fue una operación militar en la que tropas anticastristas, entrenadas y dirigidas por la CIA, intentaron invadir Cuba en abril de 1961. La arriesgada acción acabó en fracaso en menos de 72 horas y la mayoría de los combatientes, entre los que se encontraba el hoy fenecido Rubén Soto Hayet, fueron capturados por el Ejército Rebelde y las Milicias Nacionales.
Tras establecerse en el país junto a otro medio centenar de exiliados cubanos y de permanecer un breve tiempo en Miami, Soto Hayet inició su vida en Santiago donde se dedicaba a la venta de casas. A principios de 1970 se quedó sin trabajo y regresó a la capital. Puso un pequeño negocio en la avenida Abraham Lincoln, donde hoy está el supermercado La Cadena para vender “cheesesteak” (pan con bistec y queso) y sandwichs cubanos. Recibió un gran respaldo de la comunidad cubana por la calidad de su comida rápida y su café expreso.

“La Francesa”
Rubén no era hombre que se rindiera a las circunstancias, por más adversas que pudieran resultar”, afirmó Rivadulla. A poco, una mezcla de temprana visión empresarial, audaz iniciativa y el apoyo de un socio, Soto Hayet consiguió un pequeño financiamiento, con la única garantía de su trabajo, lo que dio origen a “La Francesa”.

“Por la calidad de sus productos, el negocio colmaba la exigencia de la clase media que despuntaba en los años 70, y pronto fue extendiendo su fama y convirtiendo en costumbre, sin distingos de nacionalidad, el sandwich cubano y la repostería fina”.
Nacido en Pinar del Río, Rubén Soto llegó a tener grandes amistades y relaciones, y con el fruto de sus largas jornadas de trabajo, que se iniciaban con el alba y se extendían hasta la medianoche, junto a su esposa, logró el éxito y la pequeña cafetería se convirtió en un moderna plaza comercial que hoy alberga otros muchos negocios.

“Esta otra Francesa tuvo tanto éxito como la primera, y siguió siendo un sitio habitual de visitas y socializacion de empresarios, profesionales y políticos, pero también de empleados privados y gente sencilla. Rubén los conocía a todos y todos conocían a Rubén, pero nunguno pudo imaginar que esa Francesa de sus sueños terminaría por servirle de mortaja y en el trágico escenario en que lo convirtieron crueles manos asesinas”, indicó.

HERMETISMO EN LA INVESTIGACIÓN

Con relación a las investigaciones del crimen del dueño de La Francesa, la Policía tampoco ofreció ayer ninguna declaración, aunque una fuente informó a este diario que se analizan algunos videos de las cámaras del local del Banco de Reservas, que estaba abierto justo frente al parqueo de la Plaza Francesa donde dos presuntos sicarios mataron al exiliado cubano.

Una hora previo al sepelio de Soto Hayet, cuyo cortejo fénebre pasó frente a La Francesa, investigadores, policiales continuaban recabando evidencias en el lugar donde fue abatido el comerciante. Removían con un palo agua aposada entre el contén y la acera a la entrada del parqueo, donde el empresario había estacionado su vehículo segundos antes de que fuera ejecutado de dos disparos en la cabeza por presuntos sicarios del narcotráfico, según se ha informado.


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