miércoles, 13 de enero de 2010

AUTORIDADES JUGARON AYER CON LA ALARMA COLECTIVA...



Juan Manuel Méndez, director del COE (Archivo 7dias)


SANTO DOMINGO (R. Dominicana).- En dos días consecutivos, las “autoridades” dominicanas han dado demostración de un desbordado histrionismo. El lunes, la reducción de la red de narcotráfico dirigida por José Figueroa Agosto a mero grupo de incontinentes sexuales. El martes, el azuzamiento del pánico colectivo con declaraciones de “alerta roja” de todo el litoral caribeño del país como prevención de un posible tsunami.

Diez minutos después de ocurrir el terremoto que ha devastado a Haití, el Centro de Advertencia de Tsunamis del Pacífico (PTWC, por su sigla en inglés), con sede en Hawái, emitió un boletín donde declaraba una alerta de tsunami para Haití, la República Dominicana, Cuba y Bahamas, si bien advertía de que los datos históricos no permitían hablar de amenaza real. “No existe una amenaza de un tsunami destructivo generalizado, sobre la base de los datos históricos de terremotos y tsunamis. Sin embargo, existe la posibilidad de un tsunami local que podría afectar a las costas localizadas a no más de 100 km. del epicentro del terremoto", decía el boletín, del que se hizo eco CNN en español y que creó alarma entre los dominicanos que escucharon la información. Muchos medios, alertados por estos telespectadores, la reprodujeron, por lo general sin precisión ninguna. El teléfono se encargó del resto.

Serían alrededor de las 6:30 de la tarde cuando el general Juan Manuel Méndez García, director del Centro de Operaciones de Emergencia (COE) llamó al programa “El Gobierno de la Tarde”, cuyos participantes hacían ingentes esfuerzos por diluir la alarma que había creado la infundada información sobre la inminencia de un tsunami. En ese momento, el director del COE desconocía incluso la magnitud del temblor, cuyos datos pudo haber recabado, antes de hablar por un medio de tan alta audiencia, en el único lugar autorizado: el Instituto Sismológico Dominicano, cuyo director, Eugenio Polanco Rivera, en conversación con telefónica con 7dias.com.do, descartó la posibilidad de que un tsunami afectara al país. La noticia fue publicada por este periódico a las 6:59 de la tarde.

Por otro lado, el director de Prensa y Publicidad del Palacio, Rafael Núñez, ofrecía declaraciones a otros medios radiales para “orientar” a la población y ponerla en auto de las medidas que había comenzado a adoptar el Gobierno para hacer frente a la posible catástrofe. Una de las primeras, sino la primera, fue la paralización del metro.

En medio de la alarma colectiva, y pasadas las siete de la noche, Méndez García volvió a llamar a la Z-101, donde en el momento se radiaba el programa que conduce Milagros Ortiz Bosch, para ofrecer nuevas declaraciones. Y si la primera intervención había sido infeliz, esta fue peripatética. Habló de un plan de emergencia cuyos componentes no definió, de tsunami, de cuerpos de socorro movilizados, de brigadistas inspeccionando edificio. Y dio ya no solo el número de teléfono del COE para que la población llamara en requerimiento de información, sino el de su propio celular. En ese momento, declaró al país completo en “alerta roja”. Claro, llamó a la calma.

Mientras, las informaciones internacionales fluían y minutos después de ocho de la noche se supo que el Centro de Advertencia de Tsunamis del Pacífico había levantado su alerta. 7dias.com.do publicó a las 8:30 de la noche un cable de la agencia de noticias EFE, dando cuenta del boletín del PTWC.

¿Qué ocurría en el COE, mientras tanto? Ocurría una rueda de prensa en la que Méndez García y otras autoridades del organismo declaraban en “alerta roja” las provincias La Altagracia, La Romana, San Pedro de Macorís, el Distrito Nacional, San Cristóbal, Azua, Barahona, Santo Domingo, Peravia, Pedernales, Monte Cristi, Puerto Plata, María Trinidad Sánchez, Samaná, Hato Mayor, El Seibo y Espaillat, específicamente Gaspar Hernández y Cabarete.

Y ese fue el segundo intento de tomadura de pelo a la población en menos de 48 horas, porque en ese momento las autoridades del COE debían saber, como ya lo sabían quienes daban seguimiento a la información internacional sobre el terremoto, que el PTWC había dejado sin efecto el alerta pronunciado dos horas antes. Periodistas de la Z-101 que cubrieron la rueda de prensa del COE, y específicamente Balbueno Medina, hicieron notar esta incongruencia.

Pero, además, en el primer boletín del PTWC solo se habló de potencial riesgo para Puerto Plata, nunca de todas las provincias costeras del país, como lo hiciera el COE en un acto de irresponsabilidad soberana. Aún peor, ese boletín fijaba las 7:53 de la noche (hora dominicana) como hora de llegada del tsunami, si es que este se producía.

Las razones por la cuales las “autoridades” del COE contribuyeron a la alarma colectiva cuando debían estar en posesión de informaciones más precisas y técnicas que los simples mortales, ofrece la oportunidad de hacer mil conjeturas. La más pertinente, sin embargo, es que posiblemente creyeron que este inventado tsunami podría arropar también el tsunami, ese si devastador, que ha provocado José Figueroa Agosto.

Margarita Cordero/7dias.com.do

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