Las carpas de ayuda humanitaria desbordadas
REDACCIÓN.- Mientras crece el número de fallecidos, con miles de cadáveres en las calles -de fondo, el peligro de las epidemias ante tanta muerte a la que dar sepultura-, y se multiplican los heridos y damnificados a la espera de localizar a desparecidos o de rescatar a los atrapados de los escombros, los supervivientes luchan por seguir adelante y son muchos los que tratan de cruzar a la desesperada la frontera con la vecina República Dominicana.
La llamada urgente de auxilio del país más mísero de Iberoamérica y uno de los más pobres del planeta empieza a ser atendida por la comunidad internacional, como suele ocurrir en este tipo de países más desfavorecidos con la Iglesia Católica al frente. Benedicto XVI lanzaba ya en primera instancia un llamamiento a la comunidad internacional, pidiendo solidaridad, material y espiritual, y así lo está haciendo la propia Iglesia a través de Caritas, Manos Unidas y Ayuda a la Iglesia Necesitada. España canaliza también su ayuda a través de la Agencia de Cooperación Internacional o con los agentes de la Policía y de la Guardia Civil desplazados a esa porción de la antigua isla de La Española.
De los 109 españoles que conforman la colonia española en la isla, y según ha informado la secretaria de Estado de Cooperación, Soraya Rodríguez, el Ministerio de Exteriores sólo ha podido contactar con la mitad de ellos. Siguen sin ser localizados varios diplomáticos, religiosos y cooperantes, en gran parte por la dificultad de las comunicaciones. En las próximas horas se intensificarán las labores de búsqueda, una vez legue a la isla un equipo consular que viaja en un Airbus y que partió ayer de Madrid.
Por su parte Zapatero, de visita oficial en Austria, se ha referido a la tragedia apelando a la cooperación internacional tras confirmar el envío de ayuda humanitaria: "la comunidad internacional tiene que reaccionar con fuerza y con energía, Europa lo va a hacer, lo esta haciendo, y la Presidencia española lo está haciendo desde ayer mismo y durante toda la mañana de hoy para movilizar todos los recursos y capacidades que, como países y como Unión Europea, tenemos ante la situación que vivimos en Haití".
Las carpas de ayuda humanitaria, desbordadasEn declaraciones a la COPE, uno de los supervivientes de la tragedia, el jesuita Padre Chepes, contaba la caótica situación que vive el país que impide conocer aún una cifra certera sobre los fallecidos.
Puerto Príncipe es una ciudada arrasada, en la que apenas han quedado en pie un puñado de edificios de más de dos alturas. Con la ciudad reducida a escombros, el primer ministro dio la única cifra que se sigue manejando hasta el momento: al menos 100 mil muertos.
El primer avión de ayuda humanitaria en llegar fue uno de Estados Unidos, pero ahora, además de agua y comida, que también está entrando por la República Dominicana, una de las peticiones más urgentes son bolsas negras para sepultar los cadáveres. Aunque el secretario general de la ONU ha manifestado en su petición de ayuda internacional que "las Naciones Unidas afrontan la mayor catástrofe humanitaria en su historia", el problema ahora es cómo distribuirla en medio de un país devastado.
El terremoto que sacudía el miércoles en trece latigazos mortales a Haiti, alcanzando un nivel de 7,3 en la escala de Richter, mantiene al pequeño país caribeño en el centro de la atención mundial: se combate ahora los problemas de distribución de la ayuda y recogida de cadáveres.
REDACCIÓN.- Mientras crece el número de fallecidos, con miles de cadáveres en las calles -de fondo, el peligro de las epidemias ante tanta muerte a la que dar sepultura-, y se multiplican los heridos y damnificados a la espera de localizar a desparecidos o de rescatar a los atrapados de los escombros, los supervivientes luchan por seguir adelante y son muchos los que tratan de cruzar a la desesperada la frontera con la vecina República Dominicana.
La llamada urgente de auxilio del país más mísero de Iberoamérica y uno de los más pobres del planeta empieza a ser atendida por la comunidad internacional, como suele ocurrir en este tipo de países más desfavorecidos con la Iglesia Católica al frente. Benedicto XVI lanzaba ya en primera instancia un llamamiento a la comunidad internacional, pidiendo solidaridad, material y espiritual, y así lo está haciendo la propia Iglesia a través de Caritas, Manos Unidas y Ayuda a la Iglesia Necesitada. España canaliza también su ayuda a través de la Agencia de Cooperación Internacional o con los agentes de la Policía y de la Guardia Civil desplazados a esa porción de la antigua isla de La Española.
De los 109 españoles que conforman la colonia española en la isla, y según ha informado la secretaria de Estado de Cooperación, Soraya Rodríguez, el Ministerio de Exteriores sólo ha podido contactar con la mitad de ellos. Siguen sin ser localizados varios diplomáticos, religiosos y cooperantes, en gran parte por la dificultad de las comunicaciones. En las próximas horas se intensificarán las labores de búsqueda, una vez legue a la isla un equipo consular que viaja en un Airbus y que partió ayer de Madrid.
Por su parte Zapatero, de visita oficial en Austria, se ha referido a la tragedia apelando a la cooperación internacional tras confirmar el envío de ayuda humanitaria: "la comunidad internacional tiene que reaccionar con fuerza y con energía, Europa lo va a hacer, lo esta haciendo, y la Presidencia española lo está haciendo desde ayer mismo y durante toda la mañana de hoy para movilizar todos los recursos y capacidades que, como países y como Unión Europea, tenemos ante la situación que vivimos en Haití".
También el Rey D. Juan Carlos ha mostrado su solidaridad: "quiero expresar de corazón el más profundo pesar por a elevadísima cifra de víctimas y heridos causados por el muy dramático y devastador terremoto sufrido por Haití, que puede contar con todo el apoyo de España y la plena solidaridad de oso españoles".
Las carpas de ayuda humanitaria, desbordadasEn declaraciones a la COPE, uno de los supervivientes de la tragedia, el jesuita Padre Chepes, contaba la caótica situación que vive el país que impide conocer aún una cifra certera sobre los fallecidos.
Puerto Príncipe es una ciudada arrasada, en la que apenas han quedado en pie un puñado de edificios de más de dos alturas. Con la ciudad reducida a escombros, el primer ministro dio la única cifra que se sigue manejando hasta el momento: al menos 100 mil muertos.
"La primera tarea sigue siendo limpiar las calles de escombros para que pueda distribuirse la ayuda, pero con la llegada de la noche la capital se volvió de nuevo una ciudad de gente que deambula entre cascotes, que se lleva a sus muertos en carretillas y que reza, que reza mucho·, afirma el corresponsal de la COPE en al zona. Así, entre lamentos y llantos también se escuchan muchas oraciones y cantos en grupo, destaca la BBC.
El primer avión de ayuda humanitaria en llegar fue uno de Estados Unidos, pero ahora, además de agua y comida, que también está entrando por la República Dominicana, una de las peticiones más urgentes son bolsas negras para sepultar los cadáveres. Aunque el secretario general de la ONU ha manifestado en su petición de ayuda internacional que "las Naciones Unidas afrontan la mayor catástrofe humanitaria en su historia", el problema ahora es cómo distribuirla en medio de un país devastado.
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