miércoles, 13 de enero de 2010

DESAPARECIDO JEFE DE MISIÓN DE LA ONU LUCHÓ CONTRA AFLICCIONES DE HAITÍ....


Imágenes del sismo que sacudío ayer a Haití. El terremoto, de magnitud 7.0 en la escala de Ritcher con epicentro en tierra firme, a 16 km de la capital, dejó gran cantidad de muertos y heridos en la capital del país, Puerto Príncipe e hizo entrar en pánico al país mas pobre de América Latina. Hay graves daños materiales, el centro del capital quedó prácticamente destruído. Tras el sismo se han registrado saqueos. La comunidad internacional ha enviado ayuda para los damnificados.- (Fotos: AP, EFE y Reuters).


3:49 p.m.
PUERTO PRINCIPE (AP).—
El jefe de la misión de las Naciones Unidas, desaparecido junto a unas 150 personas en los escombros del colapsado edificio de la ONU en la capital haitiana, es un diplomático tunecino de carrera que luchó en la nación caribeña contra la agobiante pobreza, la violencia y las mortales tormentas tropicales.

Los funcionarios de la ONU dicen que Hedi Annabi, un diplomático de 65 años que siempre usa lentes y es conocido por su modestia, está entre los desaparecidos en el colapsado cuartel del organismo internacional en Puerto Príncipe, de donde han sacado 14 muertos. Annabi, quien ingresó a la ONU en 1981, ha estado en Haití desde septiembre del 2007, cuando asumió como jefe de la Misión de Naciones Unidas para la Estabilización de Haití (MINUSTAH).

Ese puesto siguió a un período de 10 años como asistente del secretario general para las operaciones de conservación de paz. Antes de trabajar con las Naciones Unidas, Annabi fue diplomático en el servicio exterior de Túnez y trabajó como consejero del entonces primer ministro Hedi Nouira en los años 70. Fue designado presidente de la agencia de noticias oficial de esa nación norafricana en 1979. Annabi estudió literatura inglesa en la Universidad de Túnez y luego se graduó en ciencias políticas del Institut d''Etudes Politiques de París.

También estudió relaciones internacionales en el Institute of International Studies de Ginebra. Haití es la nación más pobre en el hemisferio occidental, una poco envidiable distinción que ha definido mucho del trabajo de Annabi en el país. En el 2008, Annabi advirtió que los esfuerzos internacionales para estabilizar Haití eran extremadamente frágiles y estaban en camino de empeorar por el alza de los precios de la comida y el declive en los estándares de vida, a los que se atribuyeron los letales disturbios de ese año.

También en 2008, Haití fue aporreado por cuatro tormentas tropicales que mataron a unas 800 personas y causaron 1.000 millones de dólares en daños, una pérdida que motivó a Annabi a advertir que el año siguiente los haitianos tendrían poca comida y no tendrían capacidad de enviar a sus hijos a la escuela sin una continuada ayuda humanitaria internacional.

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