Villa Torlonia, la residencia del dictador Benito Mussolini desde 1925 hasta 1943, abrió ayer sus puertas al público tras un largo proceso de restauración que ha costado seis millones de dólares.
Situada en medio de un amplio jardín junto a la Vía Nomentana y cerca del centro de la ciudad de Roma, el edificio se construyó en 1830 para la familia Torlonia, aristócratas romanos de alto copete, y en su interior guarda hermosos mármoles, frescos y candelabros de cristal.
En las habitaciones se pueden ver magníficos trampantojos que provocan la ilusión de estar dentro de un templo egipcio o de una catedral gótica. Pero lo que más ha llamado la atención de los especialistas es el salón de baile decorado con pinturas de algunos de los más importantes artistas italianos del siglo XIX.
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