lunes, 3 de enero de 2011

EMPADRONADORES DEL CENSO INVADEN EL "HUACAL" CON PROTESTA....


Manifestantes de la ONE

Mientras que la policía formaba un cordón para impedir la entrada de los manifestantes Feliz Alberto decidió taparse la boca.
Mientras que la policía formaba un cordón para impedir la entrada de los manifestantes Feliz Alberto decidió taparse la boca.

SANTO DOMINGO (R. Dominicana).-
Mientras decenas de personas de diferentes partes del Gran Santo Domingo, se amontonaban frente a la Oficina Nacional de Estadísticas (ONE), con la consigna “si no nos pagan hoy, aquí va a haber candela”, el director de la entidad, Pablo Tactuk, minimizaba la protesta y la calificaba de “casos menores”.
Se trata de personas que trabajaron como empadronadores del Noveno Censo Nacional de Población y Vivienda, realizado a principios de diciembre.
Se aglomeraron en el noveno piso del edificio de oficinas públicas conocido como el “Huacal”, para exigir el pago de la dieta por servicios prestados.
Mientras eso ocurría, en su despacho, el director de la ONE, Pablo Tactuk aseguró que se había completado el pago a los trabajadores del censo, con excepción de quienes habían tenido problemas para que el Banco de Reservas le abriera una cuenta en la que se le depositaría el dinero.
“Hemos completado el pago a más de 52 mil personas. Los que están fuera...si son decenas son casos aislados”, respondió el funcionario a las preguntas periodísticas.
“Yo trabaje como encargada de polígono y no descansé hasta que no completé el trabajo. Tengo varios días visitando la ONE para que me paguen y siempre con un cuento nuevo, es una charlatanería lo que han hecho esta gente con nosotros”, se quejó Dulce María Ferrera, quien desarrolló su labor en la zona de Capotillo.
Situación similar denunció Diego Rodríguez, del municipio Santo Domingo Este: “me dicen que venga que me van a resolver y vengo y nada; no es justo que después que hicimos un trabajo serio nos pongan a coger esta lucha”.
Otras de las quejas de los trabajadores, en su mayoría mujeres, muchas de ellas con niños en brazos, es que a los que le habían pagado, no recibieron el dinero completo.
“Tenían que pagarnos 10 mil pesos y sólo me depositaron 8 mil, quiero saber qué paso con el resto”, dijo Émili Sosa, quien se trasladó desde Boca Chica.

Kenia González

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