Jean-Claude "Baby Doc" Duvalier, a la izquierda. Adrien Raymond, centro. Claude
Raymond, a la derecha, un ex Ejército haitiano General, asesinados por los tiranos, Jean-
Bertrand Aristide y su socio en el crimen, René Préval. Su familia a partir de entonces
entró en posesión de su cuerpo con la condición de que el Sr. Raymond
funeral de 'no ser un asunto público ", lo que significa que los miembros de la familia sólo podía asistir.
PorAugusto Assía
Puerto Príncipe.Enviado Especial
Haití, Duvalier Llegó como un decrépito anciano que necesita de la ayuda de su esposa para dar cada paso, y no como un tipo de 59 años, al que todos en Haití recordaban por su crueldad. Jean Claude Duvalier, “Baby-Doc”, parecía una momia recién salida del sarcófago. Del sarcófago de la historia. Porque en un país donde el 50% de la población tiene menos de 18 años, aquí muy pocos recordaban que el genocida, que ahora se pasea tranquilamente por uno de los hoteles más caros de la ciudad, encarna una de las etapas más sangrientas de Haití.
El domingo, después de 25 años en el exilio, el hijo de “Papa-Doc” volvió a Haití de traje y corbata. Iba vestido igual que aquel 7 de febrero de 1986, cuando abandonó el país tras una revuelta popular y huyó rumbo al aeropuerto subido en un Mercedes conducido por él. A su lado, su mujer fumaba mientras otro coche llevaba las maletas.
Jean Claude Duvalier llegó en un vuelo de Air France procedente de Martinica. Unas mil personas lo esperaban en el aeropuerto, de donde salió fuertemente escoltado por la policía. La embajada francesa se había enterado sólo dos horas antes de aterrizar. “He venido a ayudar”, dijo nada más poner un pie en el aeropuerto. Y no volvió a abrir la boca.
Desde el tercer piso del lujoso hotel donde se aloja se asomó ante los suyos para una foto histórica. En medio del descontrol, su mujer, Veronique Duvalier, dijo a Clarín que sólo pasarán tres días en el país y que tienen billete de vuelta para el día 20. Sin embargo, añadió un enigmático “pero la situación es cambiante”. ¿Y por qué vuelve precisamente ahora? “¿Y por qué no?”, contestó a este diario. Y no admitió más preguntas.
El inventor de los “tonton macoutes”, la sanguinaria milicia al servicio del poder que sembró de sangre y terror el país durante sus 15 años de gobierno, se fue entonces a cenar “comida típica de Haití”.
Con la llegada de Duvalier, organismos internacionales como Amnistía Internacional (AI) y Human Rights Watch (HRW) pidieron su procesamiento. “Duvalier cometió crímenes contra la Humanidad. Haití tiene la obligación de procesarlo”, pidió AI.
“Bajo la presidencia de Duvalier y sus ‘tonton macoutes’, miles de personas fueron asesinadas y torturadas, y cientos de miles de haitianos huyeron al exilio”, denunció HRW. Para el gobierno haitiano Duvalier es un hombre libre y la policía confirmó que no hay cargos contra él.
La llegada de Duvalier opacó otra visita llamada a desbloquear la situación política actual. El secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, se reunió con el presidente René Preval y los miembros del tribunal electoral para convencerlos de que acepten el informe que coloca en segunda vuelta de las elecciones a Martelly, en detrimento del yerno de Preval, Jude Celestin.
La calle era ya por entonces un hervidero de rumores que apuntaban ya no sólo a Duvalier, sino a Jean Bertrand Aristide, que supuestamente estaba en Panamá y podría volver en cualquier momento.
La capacidad de Haití para renovarse en el caos y en el desconcierto mejoran cada día.
No hay comentarios:
Publicar un comentario