viernes, 13 de mayo de 2011

MARTELLY, UN IDOLO MUSICAL QUE QUIERE CAMBIAR EL SISTEMA DESDE EL GOBIERNO

Michel Martelly (Fuente externa)


PUERTO PRÍNCIPE, 13 may (EFE).- Michel Martelly, el cantante que mañana se convertirá en presidente de Haití, se define a si mismo como "alguien de fuera del sistema" pero está dispuesto a cambiar desde el Gobierno la política de su país, así como a liderar la reconstrucción de una nación devastada.
Martelly llega al sillón presidencial, en el que sucede a Rene Preval, tras derrotar en la segunda vuelta de las elecciones a la exprimera dama Mirlande Manigat, a quien se impuso al conseguir el 67,57 % de los votos.
Este amplio respaldo muestra hasta cierto punto el ferviente deseo de cambio de los haitianos, tal como él se ha encargado de expresar una y otra vez.
Ahora, el ídolo popular tiene ante si la oportunidad de demostrar su capacidad de aplicar esos esperados cambios y traer al país la estabilidad y el empleo, dos de los ejes de su futuro gobierno.
Martelly, conocido antes de entrar en política como cantante, ha sido también vendedor en una tienda durante el tiempo en que vivió en Estados Unidos, ha trabajado en la construcción, ha cursado estudios de ingeniería y también posee formación militar.
Pero, sobre todo, se le conoce por su faceta musical.
Compositor, cantante y teclista, la música ha sido la rampa de lanzamiento de Martelly a la popularidad y un elemento clave en su carrera política. Desde los escenarios, "Sweet Micky", como es conocido musicalmente, consiguió buena parte del tirón popular que posee, sobre todo entre los jóvenes.
Pianista autodidacta, trabajó como teclista en varios locales de Puerto Príncipe y en 1988 sacó su primer gran éxito, el tema "Ou La La" al que luego siguieron 14 discos de larga duración.
Ídolo del "kompas", un ritmo muy popular en Haití, ha sabido rentabilizar bien en el terreno político su faceta artística, aunque ello le ha creado no pocos problemas por la utilización de vestimenta estrafalaria y disfraces y por bailes que algunos han considerado obscenos.
Las imágenes de estas apariciones han circulado mucho por internet y le han valido duras críticas.
Hay quien considera que ello le inhabilita para presidir Haití por su apariencia libertina, mientras que otros se limitan a esgrimir que carece de formación y de argumentos para el debate político.
El tiempo dirá si estos críticos tienen razón, pero lo cierto es que Martelly, de 50 años, es considerado un novato en política, lo que no parece importarle demasiado, ya que él prefiere subrayar su condición de candidato "honesto" y preparado para llevar al país el cambio que necesita.
Martelly, casado en segundas nupcias con Sophie, con quien tiene cuatro hijos, asegura que los haitianos "quieren el cambio" y ven en él "la materialización de sus sueños".
"Sweet Micky", que utiliza Twitter y Facebook para informar de sus actividades y dar a conocer sus opiniones sobre temas de actualidad, se presenta como alguien ajeno a los modos políticos de los gobernantes que ha tenido Haití durante las últimas décadas y que no han logrado resultados. EFE

Jesús Sanchis

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