miércoles, 1 de diciembre de 2010

EL FUNDADOR DE WILILEAKS SE CRECE Y RECLAMA LA DIMISIÓN DE HILLARY CLINTON....

Assange comparece ante la prensa en Ginebra en uno de sus últimos actos públicos. :: AP

INTERNACIONAL

Assange carga desde su escondite contra EE UU por pedir a sus diplomáticos que espiaran en la ONU y apunta a los bancos en próximas filtraciones
02.12.10 - 00:19 - MERCEDES GALLEGO CORRESPONSAL
NUEVA YORK.
En Tuenti Interpol emite una orden de búsqueda del líder de la web por una doble acusacion de abusos sexuales en Suecia.

«Hillary Clinton parece cada vez más como la cabeza que va a rodar», observó con serenidad Julian Assange, cuando le preguntó el editor de la revista 'Time'. La entrevista al fundador de Wikileaks, que en estos días se esconde del mundo para proteger su propia cabeza, la hizo el lunes vía Skype desde algún lugar sin identificar, que muchos presumen Londres por ser la última ciudad en que se le ha visto.
El australiano apátrida de 39 años que ha puesto en jaque a la primera potencia mundial está buscado por la Interpol desde el pasado día 20, según hizo saber ayer esta organización a petición del Gobierno sueco.

La Fiscalía de este país no ha presentado cargos pero quiere interrogarle en relación a las acusaciones de abusos sexuales que han presentado contra él dos de sus ciudadanas, con las que Assange dice haber tenido relaciones sexuales consentidas en agosto pasado. La llamada 'Nota roja' de Interpol no es en sí misma una orden de arresto sino de «identificar o localizar a un individuo con vistas a su arresto provisional y extradición», ha aclarado la organización, pero le hace muy difícil seguir circulando en los 188 países miembros.
Para Assange, Estados Unidos contraataca, porque en su versión esas acusaciones de abusos sexuales no son más que una maniobra de represalia por haber expuesto sus secretos. No se trata sólo de desnudar las tuercas de su diplomacia, sino también de exponer conductas ilegales por las que, a su juicio, la secretaria de Estado «debería dimitir si se demuestra que fue responsable de ordenar a las figuras diplomáticas estadounidenses que se involucraran en espionaje en Naciones Unidas, en violación de los convenios internacionales que EE UU ha firmado».
Los documentos filtrados por su organización así lo revelan, pero con más de medio millón de cables diplomáticos al descubierto es tal el volumen de revelaciones que la sociedad estadounidense no ha tenido oportunidad de digerir en profundidad ninguna de ellas. Y aunque lo hiciera y demandase la cabeza de Clinton, como él anticipa, «no creo que cambien mucho las cosas», admitió al editor de 'Time' durante sus 36 minutos de entrevista.

En contra de cómo le describen algunos medios, el fundador de Wikileaks no se considera una especie de anarquista a la antigua decidido a triturar el sistema. «Para nada, esta organización practica la obediencia civil, o sea, intentamos hacer del mundo un lugar más cívico y actuar en contra de las organizaciones abusivas que empujan en dirección contraria», afirmó. Y a quienes le acusan de actuar en contra de la ley, les recuerda que durante sus cuatro años de existencia Wikileaks se ha enfrentado a más de cien acciones legales, de las que siempre ha salido victorioso. «Es importante recordar que la ley no es simplemente lo que la gente poderosa querría que los demás creyera. La ley no es lo que dice un general, ni lo que dice Hillary Clinton».

Responsabilidad civil
Assange define su próximo objetivo como «cualquier organización que utilice el secretismo para ocultar conductas injustas», pero la revista 'Forbes', que le entrevistó antes de que saliera a la luz su último bombazo, es más concreta: los bancos. «Sí, tenemos a los bancos en la mira», admitió a 'Time'. «En las próximas semanas saldrán a la luz muchas organizaciones multinacionales, pero será una continuación de lo que hemos estado haciendo en los últimos cuatro años. El material de los bancos son 10.000 documentos, a diferencia de los cientos (de miles) que hemos tenido en otros casos».

Cantidades tan ingentes que Wikileaks, que lleva a gala su responsabilidad civil eliminando fuentes e información confidencial de los documentos antes de hacerlos públicos, llegó a pedir formalmente ayuda al Departamente de Estado, antes de recurrir a cinco grandes periódicos del mundo a los que llama «socios». El área dirigida por Hillary Clinton negó su petición con la misma arrogancia con la que respondió el portavoz de la Casa Blanca Robert Gibbs cuando se le preguntó por la situación en la que quedan el presidente Barack Obama y su secretaria de Estado. «Nuestra política extranjera es mucho más fuerte que una web», masculló. Pero esta vez David ha puesto de rodillas a Goliath.

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