jueves, 17 de marzo de 2011

LUCHA CONTRA RELOJ EN FUKUSHIMA PARA EVITAR UNA FUSION.......



El Ejército trata de refrigerar con agua los reactores con camiones cisterna y helicópteros.- Los residuos radiactivos del reactor 3 y 4 están a punto de quedar al descubierto en la piscina.- El OIEA confirma que los núcleos de los reactores 1, 2 y 3 corren riesgo de fusión

GEORGINA HIGUERAS
Niigata (ENVIADA ESPECIAL) / AGENCIAS 17/03/2011
El Gobierno japonés lucha contrarreloj para evitar una fusión de los núcleos de los reactores en la central de Fukushima. Ha tratado, a la desesperada y durante todo el día de hoy, de refrescar los reactores con un cañón de agua dirigido desde cinco camiones cisterna facilitados por el Ejército estadounidense intermitentemente. Después de una pequeña suspensión por el alto nivel de radiación de la zona, han reactivado la operación durante 40 minutos, aunque ya ha terminado, según informa el canal de televisión CNN citando a al ministro de Defensa. El ministerio ha informado también de que mañana viernes retomarán la operación, de nuevo con camiones cisterna y helicópteros. El ejecutivo había decidido, así, refrigerar por las bravas los reactores 3 y 4 de la central de Fukushima después de comprobar que están perdiendo mucha agua y las barras de combustible están a punto de quedar al descubierto. La operación de los camiones cisterna se vio precedida de otra con varios helicópteros del Ejército, que durante la mañana han rociado con agua de mar el reactor 3 (el más peligroso porque contiene plutonio en lugar de uranio). Las aeronaves lanzaron en cada uno de sus cuatro vuelos 7.500 litros de líquido. Tras el cañón de agua de los camiones, el Ejército ha retomado el trabajo de los helicópteros y ha informado de que desde el reactor 2 se percibe la salida de humo blanco.
El nivel de radiación alrededor de la central, donde se encuentran algunos trabajadores, alcanza hoy los 3.000 microsievert por hora, frente a los 1.000 microsievert al año que se consideran seguros para la salud humana, informa EFE. El Gobierno de Japón, no obstante, asegura que no hay planes de ampliar el área de evacuación más allá del radio establecido de 20 kilómetros de la planta de Fukushima.
A pesar de que el reactor 4 se consideraba hasta ahora prioritario por los altos niveles de radiación que desprende, los militares descubrieron ayer en un vuelo de prospección que las barras de combustible del reactor 3 estaban a punto de quedarse sin agua y producir una fusión. "Hoy era el día límite para intervenir en este reactor", explicó Toshimi Kitazawa, el ministro de Defensa japonés, en una intervención posterior a la primera fase de la operación.
Defensa dio el visto bueno a la operación a pesar de que el miércoles la había cancelado por el excesivo nivel de las emisiones. Aunque éstas no han desaparecido, las autoridades consideran que hay que intervenir a cualquier precio. Los helicópteros solo podrán acercarse a la central 40 minutos al día para evitar una contaminación excesiva; vuelan a 300 metros de altura y una pantalla reflectante protege a los soldados de la radiación. Las autoridades aseguran que la primera fase del operativo ha funcionado y el agua llegó hasta la vasija del reactor.
Once camiones cisterna de la policía metropolitana han llegado ya a la central para comenzar con la vertiente terrestre del plan. La policía debe inyectar agua en la piscina de los reactores 3 y 4 - este último ya ha sufrido dos incendios y su carcasa está arrasada- con cañones de agua a través de un agujero en el muro. Si las barras de residuos altamente contaminantes que contienen esta piscina se fusionan, el material radiactivo saldrá a la atmósfera. "Esta operación tiene que ser exitosa", han explicado ingenieros de Tepco (Tokyo Electric Power Company, la empresa que gestiona la central) en la televisión japonesa NHK. "Es prioritario que tenga éxito: de eso dependen las demás intervenciones", aseguraban. Si no se consiguiera evitar la fusión, los niveles de radiación serían demasiado altos como para que los trabajadores pudieran seguir participando en las labores de extinción de incendios y refrigeración. Está previsto que camiones estadounidenses se incorporen a los trabajos.
En una estrategia más a medio plazo, los ingenieros han explicado que están intentando reinstalar el suministro eléctrico en la central, cortado desde que se produjo el terremoto, y crear un sistema de refrigeración temporal capaz de operar con agua de mar hasta que las bombas fijas se reparen. El objetivo es comenzar esta tarde los trabajos de electricidad.
Las radiaciones en la central, seriamente dañada por el terremoto y el tsunami del pasado viernes han sido evaluadas como "extremadamente altas" por la Comisión Reguladora Nuclear de Estados Unidos, informa Yolanda Monge desde Washington. El presidente de ese organismo, Gregory Jaczko, ha dicho en una comisión parlamentaria que hay "altos niveles de radiación" alrededor del reactor 4, lo que complica el trabajo de los operarios que trabajan allí. "Las dosis [de radiación] que podrían recibir pueden ser potencialmente letales en un breve periodo de tiempo".
A los graves problemas que presentan ya cuatro reactores, se suma la subida de la temperatura de las piscinas de los reactores 5 y 6, que están siendo refrigerados con ácido bórico y agua de mar. Estos dos, igual que el número 4, estaban desconectados para su revisión antes de que ocurriera el terremoto, pero pese a ello se han visto afectados por la rotura de los sistemas de refrigeración que provocó el tsunami.
El director del OIEA, el japonés Yukiya Amano ha criticado al Ejecutivo de Naoto Kan por no suministrar una información clara y completa de los daños causados en la central por el seísmo y el tsunami. Amano también anunció que viajaría hoy a Tokio para contrastar los datos y ofrecer toda la ayuda del OIEA para hacer frente a la gigantesca crisis que comienza a desatarse. "La situación es muy grave", afirmó. "Hemos confirmado el daño en el núcleo de tres reactores", dijo a France Presse.
23 trabajadores heridos y 21 afectados por la radiación en Fukushima
El Gobierno japonés ha alertado de que habrá un gran apagón esta noche en Tokio, por los problemas de suministro de electricidad causados por el terremoto y los problemas derivados de él en las centrales nucleares del país, informa EFE. El ministro de Industria japonés, Banri Kaieda, citado por la agencia local Kyodo, ha pedido a los operadores de tren del área de Tokio que recorten sus servicios desde la tarde y ha reclamado a las empresas que reduzcan el consumo. La situación se ha visto complicada por el aumento del consumo de electricidad debido a la fuerte caída de las temperaturas desde anoche, que hace temer que durante la jornada la demanda supere a la oferta.
Es complicado imaginarse la pesadilla dentro de la planta. El Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) ha difundido en su Facebook una nota con el balance de heridos hasta ahora. Entre los 23 lesionados se incluyen huesos rotos, afectados por las diversas explosiones de los reactores... Hay además una veintena de afectados por distintos grados de radiación; entre ellos, bomberos y policías. El cuadro parece preocupante para la salud de los ya conocidos como "valientes de Fukushima". La subida de los niveles de radiactividad ya provocó el miércoles una evacuación durante unas horas de los trabajadores que quedaban en la central. Eran medio centenar de personas, ya que la mayoría de los 800 que en principio estaban, habían sido evacuados un día antes tras el empeoramiento de la situación. Tras unas horas con la central vacía, 180 operarios volvieron a Fukushima.
Tras la angustia por la enorme cantidad de muertos y heridos que han provocado el terremoto y el tsunami -ayer el Gobierno reconoció que hay más de 5.100 muertos y unos 8.600 desaparecidos-, los japoneses comienzan a dar signos evidentes de inquietud ante la desastrosa política informativa del Gobierno. Ya no les vale el llamamiento a la calma del primer ministro. Las aglomeraciones en las estaciones de tren y autobuses de Niigata revelan que se ha iniciado un éxodo masivo hacia el sur.
Niigata, capital de la provincia del mismo nombre vecina a Fukushima, es la principal ciudad del noroeste de Japón y la última a la que llega el shinkansen (el tren bala). Aquí vienen a embarcarse hacia el sur los que huyen del noreste, cuyas costas sufrieron el seísmo, el tsunami y en las que se encuentran las dos centrales de Fukushima.
Yuhei Sato, gobernador de la provincia de Fukushima, criticó duramente al Gobierno por su política de evacuación. Más de 500.000 personas han sido trasladadas a escuelas y edificios públicos, muchos de ellos sin agua, ni calefacción, ni luz, ni gas. La intensa nevada caída ayer en todo el norte agravó la situación tanto de los evacuados como de los cientos de equipos de rescate que rastrean el fango y los escombros en búsqueda de algún milagro y de los cuerpos de los miles de desaparecidos.
El emperador Akihito, en un hecho sin precedentes, dirigió un mensaje televisado a la nación en el que pidió solidaridad y unidad ante los difíciles tiempos que aguardan a Japón. "Espero, sinceramente, que uniendo esfuerzos podamos impedir que la situación empeore", declaró el emperador, de 77 años, después de tratar de preparar a su pueblo para más desgracias de las vistas estos aciagos días.

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