lunes, 26 de septiembre de 2011

TIERRA BAJO AGUA....EL LAGO AHOGA LA FRONTERA....

LAS AGUAS DEL AZUEI HAN DESAPARECIDO LAS PIRÁMIDES O BORNES FRONTERIZOS EN LA ZONA DE JIMANÍ
Ramón Pérez Reyes
ramon.perez@listindiario.com
Mal Passe
La histórica frase del gobernante haitiano Toussaint Louverture de que “la isla es una e indisivisible”, pretexto con el cual sus tropas ocuparon la parte este de la isla Hispaniola en 1821, podría materializarse casi doscientos años después, al menos en la parte suroeste de la frontera.
La crecida del lago Zumatre o Azuei, ha “borrado” la línea divisoria entre Haití y República Dominicana.
Bajo sus aguas han quedado los bornes o pirámides que han sido los puntos limítrofes entre las dos naciones, que comparten la isla.
Hoy, sólo una: la 239, se mantiene a flote y las demás han sido tapadas por el agua del lago, que además amenaza con borrar las comunidades “Las 39 y Las 40”, dos poblaciones haitianas asentadas en territorio dominicano.

Los habitantes de estas comunidades viven de la venta del carbón que llevan a territorio haitiano a través de barcos de velas.
La crecida de este lago, que tiene 115 kilómetros cuadrados de extensión, también ha destruido los predios de agricultores dominicanos y amenaza con llegar hasta las comunidades cercanas como Tierra Nueva.

Desde el pasado año sus aguas ocuparon la carretera que va desde el municipio de Jimaní hasta territorio haitiano.
El gobierno dominicano, con el apoyo de los comerciantes locales, subió la carretera cerca de dos metros, para que el tránsito no quedara interrumpido por las aguas. Mientras que del otro lado de este puesto fronterizo las autoridades haitianas hicieron lo mismo.
Sin embargo esto no ha impedido el crecimiento del lago, que sepultó bajo sus aguas las oficinas de las direcciones generales de Aduanas, Migración, del Ministerio de Agricultura, del Centro de Exportación e Importaciones y de otras agencias gubernamentales dominicanas.
“Mira donde estamos, en un segundo nivel. Estábamos abajo y ya eso quedó enterrado” , explicó Ovidio Dotel, administrador de Empresas Dotel y presidente de la Asociación de Comerciantes del Mercado Binacional, quien alegó que estos gastaron unos 25 millones de pesos en el relleno del lugar, sin lograr una solución.
Y es que el lago ha seguido creciendo obligando a un segundo traslados de las edificaciones gubernamentales, ahora construidas al Sur de Jimaní, donde fueron instaladas además las terminales de Caribe Tour, Terra Bus y otras empresas de transporte que viajan a Puerto Príncipe.
El Gobierno dominicano también facilitó terrenos para que muchos comerciantes haitianos instalaran sus almacenes o los furgones en los que transportan mercancías hacia Puerto Príncipe.

Bajo el agua salada
El Azuei también tiene bajo agua al puesto fronterizo, conocido también como “Tierra de Nadie” por ser un terreno neutral y está situado entre las dos fronteras y donde cada lunes y jueves se produce el mercado binacional El lago Azuei, que nace en Haití, está a 55 metros sobre el nivel del lago Enriquillo, inundó numerosos almacenes y depósitos y provocó que varios comerciantes abandonaran en el lado dominicano decenas de furgones que no pudieron ser sacados de las tierras anegadas.

La crecida de este lago también obligó a centenares de haitianos a dejar abandonados los tarantines en que vendían distintos tipos de artículos, desde calzados, perfumes, cosméticos, prendas de vestir y alimentos “En el lado dominicano ya no hay espacio para las oficinas de Aduanas, Migración y de los organismos de seguridad del Estado, que han sido reubicados en dos ocasiones, explica Ovidio Dotel. Alega que trabajan en condiciones precarias, ya que tienen que poner sus mercancías y alimentos en el suelo. Dice que han tenido que enfrentar solos la situación, y niegan haber recibido ayuda de alguna institución del gobierno, que afirmó haber gastado unos 30 millones de pesos en el acondicionamiento del lugar. Afirma que este mercado es el pulmón comercial de la región, al que acuden productores y comerciantes de toda la zona.
“Aquí no hay estructuras. El negocio se hace de mane- ra paupérrima. Se debería aprovechar la oportunidad para construir un mercado, como el que se hizo en Dajabón”, reclamó el comerciante cuando fue entrevistado por LISTIN DIARIO en su oficina situada justo encima de las aguas.
Alega que durante una reciente visita del presidente del Senado, Reinaldo Pared Pérez; y por demás secretario general del gobernante Partido de la Liberación Dominicana, al que él también pertenece, se le planteó que la situación del mercado era “ 1-A”, y confian que se buscará una solución.

Considera que los funcionarios del gobierno no han correspondido como merece en esta situación, ya que este mercado ayuda a la generación de empleos y al combate a la delincuencia, debido que muchos jóvenes consiguen sus ingresos hasta para ir a la universidad.“El lago sigue creciendo. Este mercado es el pulmón de la zona, y aún así hemos sido desprotegidos por el Gobierno”, agregó.
Varios expertos estiman que el Azuei, igual que el lago Enriquillo y la laguna de Cabral, forman parte de un canal submarino desde la bahía de Neiba hasta Puerto Príncipe.

El aumento de los volúmenes de agua del Azuei provocó también un enorme deterioro en la carretera que va de Mal Pase a Puerto Príncipe, provocando que la vía fuera desviada un centenar de metros.

Hasta 2007 el Azuei sólo se adentraba unos 500 metros en el territorio dominicano, pero hoy se extiende por casi dos kilómetros, hasta la carretera que va al cruce fronterizo.

TRATADOS SOBRE LA LINEA FRONTERIZA
La delimitación de la frontera dominicanohaitiana datan desde la segunda mitad del siglo XVII cuando se firmó el tratado de Aranjuez, Se estableció que la línea fronteriza estaría compuesta por 221 pirámides o bornes; la número uno colocada en la desembocadura del río Dajabón o Masacre y la última en el Río Pedernales..
A pesar de los contínuos conflictos y batallas, la linea divisoria así se mantuvo hasta 1929 cuando el 21 de enero de ese año se firmó el tratado fronterizo entre los entonces presidentes Horacio Vásquez; por República Dominicana , y Louis Bornó, de Haití. Ese mismo acuerdo fue ratificado en 1936, durante la dictadura de Rafael Leonidas Trujillo.

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