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Enviado por: Acento.com.do
Educación es uno de los renglones evaluados
4 El Informe sobre Competitividad del Foro Económico Mundial, que acaba de darse a conocer esta semana, es sencillamente un macetazo en pleno rostro a la República Dominicana. Un órgano mundial que mide indicadores poco comunes de 142 países nos indica que en muchos aspectos vitales para garantizar el bienestar de la sociedad andamos mal.
El Estado no se ocupa, o no aplica políticas correctas para hacer frente a problemas esenciales, pero se promueve en todo el mundo obteniendo apoyo para una propuesta quimérica del presidente de la República, sobre el comercio mundial de alimentos y la especulación.
El año pasado la República Dominicana ocupó los peores lugares sobre competitividad, y el informe del 2010 se dio a conocer luego de que el presidente dominicano pasara por el Foro Económico Mundial, en el que habló. Entonces ocupamos, en el ranking de los países, la posición 101 de 142 naciones. Un año después el informe nos dice que perdimos 9 peldaños al pasar a la posición 110.
El informe indica que somos el país con mayor retroceso, al perder 9 posiciones en el ranking de competitividad. Es un dato para que sea reflexionado con tranquilidad por el gobierno y los forjadores de las políticas públicas.
“El mayor retroceso lo experimenta la República Dominicana (que cae del puesto 101 al 110), seguido de El Salvador (del 82 al 91), Guatemala (del 78 al 84), Costa Rica (del 56 al 61) y Nicaragua (del 112 al 114), debido "al empeoramiento de la situación de seguridad". Eso dice el documento.
En estudio mide muchos aspectos. Mientras más cercano está el número que ocupamos al último de los países, el 142, es peor. Y los países que ocupan en aspectos relacionados con la competitividad el 142 están en la cola, son el último de la fila, y por supuesto eso debe representar una vergüenza o colocar a los responsables ante un dramático compromiso de enmienda.
Ocupamos el lugar 140 en “desvío de los fondos públicos”, el 135 en cuanto a la confianza de la ciudadanía en los políticos; el 141 en “favoritismo en las decisiones de los funcionarios del gobierno”, el lugar 142 en “despilfarro del gasto público”, el lugar 142 en la confianza en la policía, en calidad de la educación primaria ocupamos la posición mundial 140 y en calidad del sistema educativo, el lugar 136.
Son las peores calificaciones. Y cuando se siguen revisando los demás indicadores se encuentran casos dramáticos, en los que pensábamos que estábamos mejor, como en la calidad de la enseñanza de matemáticas y ciencias, donde aparecemos en el lugar 139, o el lugar 129 cuanto a la calidad del suministro eléctrico.
Se podría argumentar muchas justificaciones. Hay pocos recursos, por ejemplo, pero tenemos uno de los índices de endeudamiento más alto de la región, y en la práctica casi todas las obras que emprende el Estado vienen con su préstamo bajo el brazo. Además, algunos aspectos no tienen implicaciones de búsqueda de recursos. En desvío de fondos públicos somos campeones, como lo somos en favoritismo en las decisiones de los funcionarios del gobierno y el despilfarro del gasto público. Es decir, que se trata de un comportamiento abiertamente prevaricador, como han dejado reseñados con mucha claridad los cables de la embajada americana dados a conocer por Wikileaks.
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