martes, 27 de marzo de 2012

GIRA DEL PONTÍFICE

El Papa pide a Cuba una "sociedad abierta" y que "mire al futuro"

En un discurso muy medido, Benedicto XVI hace mención a los presos del régimen

EFE / Santiago

El papa Benedicto XVI ha centrado su primer discurso en Cuba, donde llegó el lunes para una visita de tres días, en pedir a los cubanos que "miren al futuro", luchen por una sociedad "abierta y renovada" y que busquen la reconciliación. El Pontífice, que ha hecho medida mención a los presos del régimen castrista, ha condenado con firmeza el capitalismo salvaje "que ha dejado al hombre desprotegido frente a ciertos poderes".

Raúl Castro y el pueblo cubano reciben al Papa. ATLAS
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Raúl Castro y el pueblo cubano reciben al Papa.
El papa Benedicto XVI , durante la misa en la plaza Antonio Maceo de Santiago, el lunes.
Raúl Castro saluda al Papa al final de la eucarística en la plaza Antonio Maceo.
Fotografía aérea de la llegada de la comitiva papal a la plaza Antonio Maceo.
Catorce años después de la histórica visita del papa Juan Pablo II, Ratzinger pisó el lunes por primera vez la isla, uno de los últimos baluartes del comunismo, donde fue recibido en Santiago por el presidente, Raúl Castro. Decenas de miles de cubanos, unos 200.000, según el portavoz vaticano, Federico Lombardi, muchos de ellos venidos desde el extranjero, le acogieron de manera muy calurosa y asistieron en la plaza Antonio Maceo de Santiago a la misa conmemorativa del 400º aniversario del hallazgo de la imagen de la Caridad del Cobre, patrona de Cuba.
Ha sido durante esa misa en la que Benedicto XVI ha subrayado la necesidad de trabajar por "el perdón y la comprensión". "Deseo hacer una llamada para que luchen para construir una sociedad abierta y renovada, una sociedad mejor, más digna del hombre, que refleje más la bondad de Dios", ha señalado.

Discurso muy medido

Ante la presencia de Castro y en un discurso muy medido, el Papa ha hecho mención, nada más llegar a la isla, de la situación política, económica y social de Cuba y reiteró la disponibilidad de la Iglesia para colaborar en la construcción de una sociedad fraternal y justa.
"Vengo a Cuba como peregrino de la caridad, para confirmar a mis hermanos en la fe y alentarles en la esperanza. Llevo en mi corazón las justas aspiraciones y legítimos deseos de todos los cubanos, dondequiera que se encuentren, sus sufrimientos y alegrías, sus preocupaciones y anhelos más nobles", ha afirmado el Pontífice. Y ha añadido que de manera especial pensaba en los jóvenes, los niños y los ancianos, los enfermos y los trabajadores, los presos y sus familiares, así como los pobres y necesitados.
"Estoy convencido de que Cuba, en este momento especialmente importante de su historia, está mirando ya al mañana, y para ello se esfuerza por renovar y ensanchar sus horizontes", ha insistido.
Ha mencionado que la visita de Juan Pablo II fue una "suave brisa de aire fresco que dio nuevo vigor a la Iglesia en Cuba", sin embargo ha subrayado que aún quedan muchos aspectos en los que se puede y debe avanzar, "especialmente en la aportación imprescindible que la religión está llamada a desempeñar en el ámbito público de la sociedad".

Crisis económica, espiritual y moral

El Pontífice se refirió también a la crisis económica que afecta a varias partes del mundo y aseguró que muchos coinciden en que se trata de una profunda crisis de tipo espiritual y moral que ha dejado al hombre "vacío de valores y desprotegido frente a la ambición y el egoísmo de ciertos poderes que no tienen en cuenta el bien auténtico de las personas y las familias". "No se puede seguir por más tiempo en la misma dirección cultural y moral que ha causado la dolorosa situación que tantos experimentan. El progreso verdadero tiene necesidad de una ética que coloque en el centro al ser humano y tenga en cuenta sus exigencias más auténticas", ha añadido.
Este martes, el Papa viajará a La Habana, donde se reunirá de nuevo con Raúl Castro y no se descarta que vea también a Fidel Castro.

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