lunes, 28 de febrero de 2011

LOS INFORMES ATTALI Y LA MANIPULACION DEL PRESIDENTE FERNÁNDEZ....

Estoy cada vez más convencida de que al presidente Leonel Fernández le complace retar la inteligencia de las mujeres y los hombres dominicanos. Que disfruta el ejercicio, que en otro fuera pueril, de intentar meter gato por liebre cuando examina, en pose y tono apodícticos, los problemas irresueltos de la sociedad que él ha dirigido ya por diez años.
En su discurso ante la Asamblea Nacional de este domingo, pronunciado para demostrar las equivocaciones del resto y sus verdades incontrovertibles, las manipulaciones presidenciales volvieron por sus fueros.
Pongamos de ejemplo lo dicho sobre la educación. Tomando como recurso de autoridad lo escrito por especialistas, Fernández buscó nuevamente deslegitimar el reclamo ciudadano de que se cumpla la Ley de Educación que establece un 4 % del producto interno bruto para el sector. Entre los citados estuvo Jacques Attali, quien presidiera la Comisión para la Liberación del Crecimiento Francés, y el informe, publicado como libro, “300 decisiones para cambiar a Francia”.
Fernández extrae de este informe los datos sobre la regresión del alumnado francés en aspectos básicos del conocimiento, como el lenguaje y las ciencias; sobre las tasas de deserción y sobre el desempleo, entre otros males, pese a la alta inversión en educación que hace el Estado francés. Y cita la afirmación, hecha respecto al retroceso de las competencias en ciencias, según la cual “(…) los países que están a la cabeza de la clasificación no son aquellos que consagran más dinero por cada alumno”.
Referido de esta manera, parece que Attali demerita la inversión en educación como factor fundamental en los progresos de la calidad. Y no es así, por lo que el presidente Fernández, al omitir lo que el experto dice a continuación, incurre en manipulación de un análisis elaborado con el mayor rigor académico y con una alta sensibilidad social.
La razón por la cual los fracasos enumerados suceden es contextuada socialmente por Attali: “El peso del origen social nunca ha determinado tanto los rendimientos escolares, y estos últimos nunca habían determinado tanto los profesionales”. Dicho esto, pasa a nombrar, también apoyado en porcentajes, las desventajas de los hijos de familias obreras frente a los hijos de familias ricas. Para superar en el tiempo estas desigualdades, propone cambiar el modelo educativo, afirmando que Francia puede hacerlo mejor con los mismos recursos.
Ninguna parte del informe afirma que los recursos no son necesarios. Habla de cambios en el modo y propugna una atención privilegiada a la educación en los primeros diez meses de la vida del niño. , ¿Por qué es este el primer desafío de los 300 que plantea el informe? Porque en ese lapso es cuando todo ser humano adquiere la confianza que permitirá los posteriores desarrollos. No por azar, el primer capítulo del informe está dedicado a la educación y se titula “Al comienzo, el saber”, con un subtítulo muy descriptivo: “Una educación que forme generaciones creativas y confiadas”.
Pero el mayor pecado de deshonestidad intelectual cometido por el presidente Fernández en este aspecto no fue mutilar las propuestas de Attali en el caso francés, sino silenciar lo que este mismo reputado especialista dijo sobre la educación en el informe que rindió para la República Dominicana. Porque Attali estuvo en el país el año pasado contratado por el Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo y encabezó la Comisión Internacional para el Desarrollo Estratégico de la República Dominicana, que presentó un texto muy crítico del modelo dominicano.
Voy a copiar para los lectores la parte del informe Attali sobre la educación dominicana y que calló el presidente Fernández

“1) El gasto del Estado en la educación es muy reducido en comparación con los presupuestos dedicados a este concepto en los otros países de la región: 2 % aproximadamente en la República Dominicana, frente a más del 4 % en promedio de la región. Esta falta de medios se traduce en infraestructuras insuficientes, obligando a los profesores a efectuar turnos. Hay sesiones en la mañana, en la tarde, de noche y los fines de semana. En definitiva, un alumno sólo tiene clase dos a tres horas diarias, en salas de clase degradadas debido a su sobreutilización. Estas rotaciones ocasionan también problemas de organización. Hay en efecto un equipo de supervisión (director, adjunto…) por rotación, de modo que un solo profesor debe trabajar con varios equipos de dirección para un solo establecimiento, lo que complica los esfuerzos de coordinación. En fin, el bajo presupuesto limita igualmente el material pedagógico disponible (mapas, manuales, útiles para la realización de proyectos…) y los suministros (tableros, tizas, lápices…) para garantizar todas las rotaciones convenientes.
En la iniciativa 3 del informe “Formar las generaciones futuras”, la propuesta 29 dice textualmente: “Elevar el presupuesto de la educación al 4 % del PIB para la primaria y la secundaria, y 1 % para la superior”.

Hacer un uso tan notoriamente acomodaticio de lo dicho por Attalli en el informe francés y silenciar lo que este mismo experto dejó escrito sobre la educación dominicana, es una falta de respeto intelectual al autor, pero es también un intento, poco digno de la investidura presidencial, de burlarse de la inteligencia de los dominicanos y dominicanas.

Por: Margarita Cordero
Imágen: Fuente externa

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