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SANTO DOMINGO (R. 
Dominicana).- El lugar de la convocatoria de este domingo no pudo ser más 
simbólico. El monumento erigido por la dictadura para celebrar el pago de la 
deuda externa y la devolución de Aduanas al Estado dominicano, mejor conocido 
como “obelisco hembra”, en el corazón de Ciudad Nueva, frente al mar. Puntuales, 
organizados, la mayoría vestida de negro, fueron llegando a partir de las tres 
de la tarde portando pancartas, banderas negras y la bandera nacional en señal 
de protesta. 
 
Poco a poco fueron congregándose, hasta 
desbordar la zona, convirtiéndose en miles. La representación pura de la clase 
media, especialmente jóvenes, que se han convertido en la fuerza motora de las 
protestas, esta vez representando a los ciudadanos indignados en el Día Mundial 
de Lucha contra la Corrupción, entre los que se vieron mezclados, juntos y 
reburujados a El Men, el intelectual Andrés L. Mateo y el comunicador Guillermo 
Gómez, sin dejar de mencionar a representantes de la izquierda radical y 
dirigentes del opositor Partido Revolucionario Dominicano, como Orlando Jorge 
Mera, Ramón Alburquerque, Héctor Guzmán y Víctor Céspedes. 
 
Su grito es contra la pasividad del gobierno 
para enfrentar a los corruptos de la anterior administración, la continuidad de 
un estilo de gobierno, y la falta de aplicación de justicia contra quienes 
desfalcaron las arcas nacionales. Y en este grito contra la impunidad, se 
reunieron para hacer sentir su voz. 
 
Alrededor de las cuatro de la tarde, un revuelo 
corta las consignas, el ruido, el fragor de los pronunciamientos y el silencio 
se apodera de la multitud. Acaban de llegar los peregrinos indignados. Esos 
cuyas comunidades no fueron favorecidas, cuyas voces no fueron oídas, los 
marginados de las políticas gubernamentales de Leonel Fernández. 
 
El momento se convierte en solemne. Llegan al 
lugar en un vehículo forrado de negro, vestidos del mismo color, portando un 
ataúd envuelto en la bandera nacional, como símbolo de la nación sojuzgada y sin 
derecho a justicia ante la corrupción y el desfalco al que fue sometido el país 
en los últimos 8 años de gobierno del PLD, después de un juicio alegórico que 
condenó a 30 años de prisión al exmandatario Fernández. 
 
Desde Moca, recorriendo varias ciudades del 
Cibao, fueron recibidos por una multitud que emulaba de manera irónica las 
oraciones más conocidas de la Iglesia Católica como el Padre Nuestro, cambiado 
a: “Sueldo nuestro que estás en los suelos”. O el “ruega por nosotros”, conocida 
en las ceremonias de difuntos, cambiada a “Leonel Fernández, nos robó a 
nosotros”, y con otros funcionarios del anterior gobierno que todavía continúan 
disfrutando del pastel gubernamental. 
 
Las consignas iban a la par con los rezos. 
“Danilo, lacayo, los corruptos a Najayo”, constituyeron parte de la expresión 
popular de los indignados, cuyo número crece día a día, a juzgar por la cantidad 
de personas que se concentra en cada convocatoria. 
 
La clase media dominicana pierde el miedo, y se 
atreve a encabezar protestas, especialmente una juventud que no ve con claridad 
su futuro y que teme a la pobreza como el diablo a la cruz, se han conjugado en 
una protesta nacional contra la impunidad, la inmunidad y la 
corrupción. 
  Ivonne Ferreras/7dias.com.do | 
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