EL ANÁLISIS DE INFOLATAM
Carlos Malamud
Infolatam
Madrid, 18 mayo 2010
(Especial para Infolatam).- "..Se menciona la posibilidad de que Leonel Fernández, elegido en 2004 y reelecto en 2008, busque un tercer mandato consecutivo en 2012. Para ello tendría que forzar una reinterpretación de la ley, de modo que al aplicarse la nueva Constitución, que permite la reelección indefinida pero alterna tras dos períodos consecutivos, no se tengan en cuenta los mandatos anteriores.
Estaríamos así frente a una utilización ventajista de la norma, similar a la utilizada por Evo Morales y Rafael Correa tras las reformas de sus respectivas constituciones. Sin embargo, es de esperar que un presidente serio y responsable como Leonel Fernández no cometa semejante deslizamientos antidemocráticos".
El pasado domingo 16 de mayo se celebraron en la República Dominicana elecciones parlamentarias (diputados, senadores y representantes al Parlacen, Parlamento Centroamericano) y municipales (alcaldes, vicealcaldes, regidores y otras figuras de la administración local). Si bien todos estos cargos tienen según las estipulaciones legales nacionales una duración de cuatro años, la última reforma de la Constitución dominicana, proclamada el 26 de enero de este año, ha introducido un cambio transitorio y único en los mandatos. En esta ocasión la duración del tiempo de ejercicio de los cargos será de seis años. El objetivo público de esta medida es unificar las convocatorias electorales, de modo que las elecciones presidenciales se celebren simultáneamente con las demás y no de forma alterna, cada dos años, como venía ocurriendo hasta ahora. De este modo, en 2012 se celebrarán juntas todas las elecciones dominicanas.
Si bien con este mecanismo se busca una mayor racionalización y ahorro, hay algunas voces críticas que hablan de agendas ocultas. En este sentido, se menciona la posibilidad de que Leonel Fernández, elegido en 2004 y reelecto en 2008, busque un tercer mandato consecutivo en 2012. Para ello tendría que forzar una reinterpretación de la ley, de modo que al aplicarse la nueva Constitución, que permite la reelección indefinida pero alterna tras dos períodos consecutivos, no se tengan en cuenta los mandatos anteriores. Estaríamos así frente a una utilización ventajista de la norma, similar a la utilizada por Evo Morales y Rafael Correa tras las reformas de sus respectivas constituciones. Sin embargo, es de esperar que un presidente serio y responsable como Leonel Fernández no cometa semejante deslizamientos antidemocráticos.
El resultado electoral podría, de todos modos, favorecer una postura semejante, ya que el triunfo del oficialista PLD (Partido de la Liberación Dominicana), y con él el del presidente Fernández, fue contundente y rotundo. Según los últimos datos oficiales, el PLD habría obtenido 30 de los 32 puestos de senadores, ocho más de los que tienen actualmente. El resultado coincide con las encuestas que manejaba el partido en la semana previa a los comicios. Este triunfo categórico se debe al sistema uninominal y mayoritario de elección de los integrantes de la Cámara Alta. Sin embargo, en Diputados, donde juegan criterios proporcionales, el PLD obtendría, según algunas estimaciones, entre 100 y 104 diputados, de los 183 existentes. Esta cifra otorgaría la mayoría absoluta al oficialismo en ambas cámaras, lo que serviría para garantizar la gobernanza del país.
Un dominio similar, aunque algo más atenuado, se produce en el ámbito local, donde el PLD se alzaría con el control de 86 ayuntamientos, de 155, mientras que el PRD (Partido Revolucionario Dominicano) conquistaría unos 62. Según dirigentes de este último partido el triunfo tan aplastante del oficialismo se debería "al uso y abuso de los recursos del estado" en la campaña electoral. Más allá de las denuncias hay dos hechos que vale la pena mencionar, uno en el debe de la oposición y otro en el haber del gobierno. Del lado del PRD las disputas internas y los problemas de liderazgo, todavía no definitivamente resueltos, minaron la credibilidad de los candidatos de la principal fuerza opositora. Del lado del gobierno, el orden puesto en las cuentas públicas y el hecho de que en el primer trimestre la economía dominicana haya crecido un 7,3% sirvió para revalorizar aún más la figura presidencial.
Pese a la labor eficiente de la Junta Central Electoral (JCE), que prácticamente eliminó las denuncias de fraude electoral, la violencia persistió el día de los comicios. Es verdad que mucho se avanzó en su erradicación definitiva, pero todavía es una lacra que el gobierno debería esforzarse en combatir con todos los recursos a su disposición. De todos modos, los candidatos electos tendrán un período más largo de lo normal para mostrar al resto de sus conciudadanos que ejercen una labor digna en beneficio de su país y no en el suyo propio.
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