Angelita Trujillo camina a la tribuna acompañada del chamberlain del reino doctor Joaquín Balaguer y el presidente del Consejo Administrativo de la Capital, Marcos Gómez, según la foto publicada en el libro: “Trujillo, mi padre”.
Néstor Medrano - 2/27/2010
Listín Diario
LA MADRE DE ANGELITA LO DEFINIÓ DE INGRATO Y RESENTIDO SOCIAL
Santo Domingo.- Angelita Trujillo revela en sus memorias que el doctor Joaquín Balaguer comisionó en 1966 a su candidato vicepresidencial Francisco Augusto Lora para viajar a España, donde vivía su familia, a recabar colaboración económica para su campaña presidencial.
Según la hija del dictador, Lora le expuso “todos los ofrecimientos que prometía el Doctor a cambio de la imperiosa ayuda”.
Resaltó que todos aportaron a esa campaña de manera sustanciosa, menos su madre, María Martínez, quien consideraba a Joaquín Balaguer como un ingrato, de sentimientos retorcidos y un resentido social en quien nunca confiaría.
“Vivíamos en España, cuando Ramfis quiso que nos reuniéramos para recibir al señor (Francisco) Augusto Lora, comisionado por el doctor Joaquín Balaguer para visitarnos y recabar nuestra colaboración económica para la campaña de 1966. Don Augusto Lora, hombre probo, expuso todos los ofrecimientos que prometía el Doctor a cambio de la imperiosa ayuda”, citó.
Angelita Trujillo relató que en el gobierno que encabezó Balaguer, una vez ajusticiado el sátrapa, “las medidas que se tomaban a veces parecían huérfanas de lógica”.
Aunque mencionó que en cuanto a la dirección del Estado y la política del gobierno, siempre con la anuencia y el apoyo de Ramfis, tomaba las providencias necesarias para auspiciar una transición gradual, estableció que más que un programa de gobierno orientado a una meta claramente definida, parecían concesiones políticas unilaterales sin ningún equilibrio.
Escribió que la fina intuición política y suspicacia de su madre le permitían ver las cosas con claridad “y no tardó en percatarse de que mi hermano Ramfis y Balaguer tenían agendas diferentes, que no estaban sintonizadas en la misma honda, inquietudes que le comunicaba a su hijo”.
A pesar de todos estos criterios, según afirmó la autora, Ramfis nunca dejó de creer en Joaquín Balaguer. Esa desconfianza que le tenía la madre de Angelita a Balaguer, trató de esparcirla a Ramfis Trujillo, lo que obligó a que el jefe de la armada, para no perder la ecuanimidad, adelantara la salida del país de su familia.
El dato revelador que se da en estas memorias, es que la mujer perdió toda la admiración que le tenía a Balaguer, destinado a gobernar el país, cuando leyó Tebaida Lírica, el poemario que publicara en 1928, esto debido a que el autor había dicho que aborrecía el ambiente en que le había tocado vivir.
Admiración TrujillistaEn las memorias, la autora narra la fidelidad de Balaguer al régimen de su padre e incluso, hace elogios cuando Ramfis decidió enviar una instancia para pedirle que retire los nombres de sus familiares de avenidas, puentes, calles y munumentos. “Estoy convencido de que esa determinación de Ustedes tiene la trascendencia de una aptitud solemne para rendir tributo de acendrada espiritualidad a la memoria del prócer inolvidable, cuyo nombre está grabado para siempre en el alma nacional.
Es en realidad lo que Ustedes han querido hacer, desaparecido del camino terrenal que selló con sus huellas el hombre excepcional, a cuyos méritos quisieron las Cámaras Legislativas rendirle un reconocimiento reverente en las personas de sus descendientes entrañables”, escribió en una misiva dirigida a Ramfis Trujillo.
Según las declaraciones escritas de Angelita, Ramfis no dejó de confiar en Balaguer, pues había sido un colaborador por mucho tiempo de su padre y debido a su bajo perfil y a su forma de vida, el tirano siempre contó con sus ideas y su colaboración. Llegó un momento, sin embargo y según el testimonio, en que el hijo del tirano consideraba que ya no valía la pena permanecer en su tierra natal. Es por ello que convino arreglar todo, documentos de su padre, incluso.
BALAGUER LE PIDIÓ A RAMFIS QUE RESOLVIERA
A Ramfis también le preocupaba el destino de la situación judicial de los conjurados. El libro resume esta parte: “Decidido a partir ocupaba su mente la suerte que correrían los siete conjurados, parte del grupo que sirvió a los Estados Unidos para asesinar al generalísimo Trujillo, los cuales aunque en poder de las autoridades judiciales en vista del resquebrajamiento institucional del momento, después que mi hermano saliera del país nadie aseguraría el proceso.
El presidente Balaguer, conciente de la efervescencia del momento, le dijo: General, no se olvide de dejarme ese asunto resuelto”.
Néstor Medrano - 2/27/2010
Listín Diario
LA MADRE DE ANGELITA LO DEFINIÓ DE INGRATO Y RESENTIDO SOCIAL
Santo Domingo.- Angelita Trujillo revela en sus memorias que el doctor Joaquín Balaguer comisionó en 1966 a su candidato vicepresidencial Francisco Augusto Lora para viajar a España, donde vivía su familia, a recabar colaboración económica para su campaña presidencial.
Según la hija del dictador, Lora le expuso “todos los ofrecimientos que prometía el Doctor a cambio de la imperiosa ayuda”.
Resaltó que todos aportaron a esa campaña de manera sustanciosa, menos su madre, María Martínez, quien consideraba a Joaquín Balaguer como un ingrato, de sentimientos retorcidos y un resentido social en quien nunca confiaría.
“Vivíamos en España, cuando Ramfis quiso que nos reuniéramos para recibir al señor (Francisco) Augusto Lora, comisionado por el doctor Joaquín Balaguer para visitarnos y recabar nuestra colaboración económica para la campaña de 1966. Don Augusto Lora, hombre probo, expuso todos los ofrecimientos que prometía el Doctor a cambio de la imperiosa ayuda”, citó.
Angelita Trujillo relató que en el gobierno que encabezó Balaguer, una vez ajusticiado el sátrapa, “las medidas que se tomaban a veces parecían huérfanas de lógica”.
Aunque mencionó que en cuanto a la dirección del Estado y la política del gobierno, siempre con la anuencia y el apoyo de Ramfis, tomaba las providencias necesarias para auspiciar una transición gradual, estableció que más que un programa de gobierno orientado a una meta claramente definida, parecían concesiones políticas unilaterales sin ningún equilibrio.
Escribió que la fina intuición política y suspicacia de su madre le permitían ver las cosas con claridad “y no tardó en percatarse de que mi hermano Ramfis y Balaguer tenían agendas diferentes, que no estaban sintonizadas en la misma honda, inquietudes que le comunicaba a su hijo”.
A pesar de todos estos criterios, según afirmó la autora, Ramfis nunca dejó de creer en Joaquín Balaguer. Esa desconfianza que le tenía la madre de Angelita a Balaguer, trató de esparcirla a Ramfis Trujillo, lo que obligó a que el jefe de la armada, para no perder la ecuanimidad, adelantara la salida del país de su familia.
El dato revelador que se da en estas memorias, es que la mujer perdió toda la admiración que le tenía a Balaguer, destinado a gobernar el país, cuando leyó Tebaida Lírica, el poemario que publicara en 1928, esto debido a que el autor había dicho que aborrecía el ambiente en que le había tocado vivir.
Admiración TrujillistaEn las memorias, la autora narra la fidelidad de Balaguer al régimen de su padre e incluso, hace elogios cuando Ramfis decidió enviar una instancia para pedirle que retire los nombres de sus familiares de avenidas, puentes, calles y munumentos. “Estoy convencido de que esa determinación de Ustedes tiene la trascendencia de una aptitud solemne para rendir tributo de acendrada espiritualidad a la memoria del prócer inolvidable, cuyo nombre está grabado para siempre en el alma nacional.
Es en realidad lo que Ustedes han querido hacer, desaparecido del camino terrenal que selló con sus huellas el hombre excepcional, a cuyos méritos quisieron las Cámaras Legislativas rendirle un reconocimiento reverente en las personas de sus descendientes entrañables”, escribió en una misiva dirigida a Ramfis Trujillo.
Según las declaraciones escritas de Angelita, Ramfis no dejó de confiar en Balaguer, pues había sido un colaborador por mucho tiempo de su padre y debido a su bajo perfil y a su forma de vida, el tirano siempre contó con sus ideas y su colaboración. Llegó un momento, sin embargo y según el testimonio, en que el hijo del tirano consideraba que ya no valía la pena permanecer en su tierra natal. Es por ello que convino arreglar todo, documentos de su padre, incluso.
BALAGUER LE PIDIÓ A RAMFIS QUE RESOLVIERA
En el libro se refiere que ante la efervescencia de la situación política que existía en el país, Balaguer pidió Ramfis Trujillo que le dejara el asunto de los conjurados matadores de su padre resuelto.
A Ramfis también le preocupaba el destino de la situación judicial de los conjurados. El libro resume esta parte: “Decidido a partir ocupaba su mente la suerte que correrían los siete conjurados, parte del grupo que sirvió a los Estados Unidos para asesinar al generalísimo Trujillo, los cuales aunque en poder de las autoridades judiciales en vista del resquebrajamiento institucional del momento, después que mi hermano saliera del país nadie aseguraría el proceso.
El presidente Balaguer, conciente de la efervescencia del momento, le dijo: General, no se olvide de dejarme ese asunto resuelto”.
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