martes, 10 de noviembre de 2009

COMO EL AVESTRUZ....

Editorial
Periòdico EL DIA

Muchos en la sociedad dominicana prefieren esconder la cabeza frente a la innegable penetración del narcotráfico en sectores policiales, militares, empresariales y congresionales.
La indiferencia permitió llegar a donde estamos hoy y de continuar con una actitud permisiva pudiéramos vernos arropados por la violencia que se vive hoy en México y que en el pasado desangró a Colombia.
Por ejemplo, una serie de legisladores y legisladoras han querido crucificar al senador Wilton Guerrero por haber tenido la entereza de decir lo que muchos de ellos saben, pero que prefieren callar y hasta ocultar. Escuchándolos a ellos pareciera que el malo es el senador Guerrero y que son sus advertencias las que manchan la imagen del Congreso y no el comportamiento de algunos legisladores que no merecen esa investidura.
Ya la Cámara de Diputados en el período anterior decidió acoger y mantenerle su condición de legislador a un condenado por traficar con indocumentados (chinos) a través de la frontera con Haití. Les toca a los congresistas de ahora demostrar que no harán lo mismo con quienes se hayan relacionado con narcotraficantes.
Igual ocurre con la penetración del dinero sucio en actividades comerciales, empresariales y financieras. El denominado caso Quirino ayudó a poner al desnudo lo mucho que había avanzado el narcotráfico en lo más “exclusivo” de los estamentos sociales y económicos del país. Los últimos casos de narcotráfico han lanzado un preocupante manto de duda sobre la estructura judicial. La Suprema Corte de Justicia, que tiene el mérito de haber producido una gran transformación en el Poder Judicial, debe hacer ahora un alto en el camino y mirar hacia adentro para volver a barrer la casa. El que esconda la cabeza ahora será corresponsable del colapso social al que puede llevarnos el narcotráfico.
Imàgen: Fuente externa

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