El Universal (Venezuela)
Caracas, 26 junio 2011
Por Nelson Bocaranda
Pocas cosas se saben de la intimidad del actual inquilino de Miraflores en los casi trece años que tiene al frente de los destinos del país.
….. Los síntomas
A finales de febrero o principios de marzo el Comandante sintió problemas para orinar. De inmediato se hizo ver por un eminente médico urólogo del Hospital de Clínicas Caracas quien lo atendió en el llamado Hospitalito de Fuerte Tiuna. Fue allí el primer alerta que tuvo de su condición prostática por lo que le recomendaron tratamiento y chequeo permanente de su antígeno o PSA. Más tarde, hacia el mes de mayo, el Presidente desarrolló una “carnosidad anal” que le fue operada en el mismo Hospitalito militar. Los galenos que lo atendieron -el mismo del HDCC y otro infectólogo-inmunólogo del Centro Médico de Caracas- le recomendaron cuidarse mucho más y llevar las cosas con mas calma por un período prudencial. Dudando de los consejos de estos profesionales (paradójico que al final estos y dos médicos mas son los que lo salvarán días mas tarde) y haciendo uso de su proverbial autosuficiencia en fase de “sabelotodo” ignoró la recomendación profesional para meterse de lleno en cadenas y movilizaciones de la Misión Vivienda y los apagones eléctricos, desesperado ante la ineficiencia de sus colaboradores, las muchas manifestaciones a lo largo y ancho del país y los otros problemas no solucionados en la docena de años del proceso. Otro malestar, esta vez de la rodilla, lo afectó a los pocos días. Obligado por un médico traumatólogo de la clínica El Ávila, recomendado por otro paciente, Ali Rodríguez, tuvo que guardar reposo ante el daño en su rotula. El médico, gran conversador, usó su simpatía personal (hasta le contó que tenia una pipa ensalmada de Rómulo Betancourt) para convencerlo de la necesidad del reposo y de cuidar su pierna. La visita del ex presidente de Brasil, Lula da Silva, anunciándole que la presidenta Rouseff lo recibiría tras haber cancelado cuatro veces su encuentro, lo hizo desplazarse a Brasilia para luego seguir a Ecuador, donde también se habían suspendido varias veces los encuentros bilaterales, y rematar en Cuba donde el dolor y malestar en su obesa humanidad, aunado a un mareo repentino cuando estaba conversando con Fidel, hizo que los médicos cubanos le hicieran un chequeo que condujo a la primera operación en suelo antillano. De allí la primera confesión pública “del absceso” en medio del acostumbrado secreto informativo rojo rojito. Afortunado, como ha sido en toda su vida el caudillo venezolano, tuvo la suerte que el medico español que había operado hace años a su mentor Fidel estaba en La Habana para el chequeo semestral del dictador cubano.
De inmediato se prendieron las alarmas en la familia presidencial. Sus hijas recordaron los encuentros con los médicos tratantes en Caracas y comenzaron las consultas. Una tomografía reveló un daño mayor en su próstata y se determinó tras la operación del absceso que debía practicarse una extirpación de la misma. Aunque a distancia, el urólogo caraqueño, de ascendencia judía, dirigió por video la cirugía prostática con robot del Centro de Investigaciones Médico Quirúrgicas practicada por el galeno español asistido por dos médicos cubanos. Otro médico inmunólogo venezolano del Baptist Hospital de Miami y del Tufts Medical Center de Boston fue llevado a La Habana para realizar los cortes para la biopsia transoperatoria por congelación que se hizo en uno de esos centros estadounidenses. Así se determinó que había un cáncer y que debía comenzarse su tratamiento de inmediato. Radiación y bloqueo hormonal comenzaron a aplicarse. Tengo informaciones contradictorias sobre el procedimiento empleado hasta ahora. Mis fuentes cubanas me señalan que hará una rápida aparición pública antes de venirse a Caracas el próximo jueves 30 para lo que ha sido acondicionado el Hospital Militar.
“…la remodelación de la llamada área presidencial del Hospital Militar Carlos Arvelo se aceleró y esta lista para recibir a su huésped mas importante. El último reporte que se tiene, desde ayer, es que el enfermo recluido en Cuba podría estar en condiciones de venirse al país el próximo jueves 30 de junio y hospitalizarse allí para los últimos días de su reposo y prepararse para estar en forma y presidir tanto el desfile militar del 5 de Julio como la Primera Cumbre Latinoamericana y del Caribe que habrá de desarrollarse en la isla de Margarita y la cual no ha sido suspendida pues hoy mismo están allí delegaciones presidenciales chequeando su transporte y alojamientos. En el Hospital Militar ya se tomaron ciertas medidas de seguridad ante la eventualidad de que el Jefe del Estado arribe la semana próxima: no están atendiendo emergencias sino en aquellos casos donde esté comprometida la vida del paciente; se acondicionó toda la llamada “área de alta jerarquía” del piso 9 hasta el 11; solo están atendiendo a afiliados; todo el personal fue identificado nuevamente; las rejas de los alrededores fueron cerradas y ya no son los “reservistas” los que están en las puertas sino personal de carrera como capitanes y tenientes, algo inusitado para esa función. Esperan que el fin de semana uno de los médicos asimilados militares que lo han visto traiga el informe detallado de la dolencia presidencial para aquí estar preparados y poderle seguirle el tratamiento indicado por los médicos cubanos y el galeno español que lo operaron en el CIMEQ, de La Habana”.
Me indican que el deseo de Chávez es estar presente, parapetado al menos, en el desfile del Bicentenario el próximo 5 de Julio para luego someterse al resto del tratamiento que lo obligaría a juramentar un encargado de la presidencia para poder realizarse en calma lo que recomienden sus médicos tratantes.
Viajeros
La familia mas cercana del Presidente, sus hijos María, Rosita y Hugo así como Rosinés y su mamá María Isabel Rodríguez; su madre Elena y su hermano Adán han sido los que lo han acompañado en diferentes momentos de su recuperación en el centro de salud cubano. Las llamadas conversaciones que muchos de sus ministros, diputados y gobernadores dicen haber tenido con el enfermo son falsas en su mayoría. Solo el vicepresidente, no juramentado como presidente, Elías Jaua y el canciller Nicolás Maduro han hablado en contadas oportunidades. He guardado la identificación de los médicos para evitar el acoso de los mismos…”
Extracto del artículo publicado en El Universal (Venezuela)
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