Fernando Peinado
BBC Mundo, Washington
Hace 2 h 1 min
El presidente Barack Obama reacciona a la muerte de Gadafi en la Casa Blanca.
La noticia de la muerte del exlíder libio Muamar Gadafi ha servido al presidente Barack Obama para sacudirse las críticas por lo que algunos calificaron como la estrategia moderada que había adoptado EE.UU. en el conflicto libio.
Poco después de comenzar la operación de la OTAN en Libia, en marzo pasado, Obama optó por un papel militar secundario, cediéndole el protagonismo militar a los países europeos, a pesar de las críticas en su país de algunos 'halcones' de la política estadounidense.
Contenido relacionadoReacciones a la muerte de GadafiLa muerte de Gadafi minuto a minutoGuía rápida sobre el conflicto en LibiaEE.UU. se limitó a prestar apoyo aéreo a los rebeldes libios, mientras que países como Francia o Reino Unido adoptaron un papel más activo en la dirección de las operaciones.
Con su decisión, Obama ha conseguido el objetivo de un cambio de régimen sin lamentar bajas militares, a diferencia del incesante goteo de muertos que ha padecido el país en las campañas de Afganistán o Irak.
Poco después del mediodía del jueves, Obama dijo ante la prensa en la Casa Blanca que EE.UU. seguirá apoyando al gobierno de transición libio y aseguró que la campaña de la OTAN en el país norafricano terminará pronto.
En su comunicado, Obama reivindicó la colaboración con los aliados de EE.UU. para resolver futuras crisis.
¿Modelo para el futuro?
Fuerzas anti gadafistas en Sirte, un día antes de la muerte de Gadafi.
Durante el curso de la operación en Libia, la mayoría de congresistas, demócratas y republicanos, han apoyado la estrategia de Obama en Libia y muchos han advertido que EE.UU. no debería involucrarse en más guerras exteriores, en momentos en que su economía sufre gran debilidad.
Varios senadores republicanos, entre ellos el excandidato presidencial John McCain, felicitaron al gobierno este jueves tras conocer la muerte de Gadafi.
No obstante, la prensa conservadora ha criticado reiteradamente a Obama por no ser más agresivo en Libia o en otros países azotados por las revueltas de la primavera árabe, como Siria.
La frase "liderazgo desde detrás", esgrimida en una ocasión por una fuente anónima del gobierno, fue ridiculizada frecuentemente por estos comentaristas.
Ahora que se cierra el capítulo libio, no queda claro sin embargo, si este nuevo enfoque bélico de EE.UU. será un modelo a seguir en futuros conflictos.
"Estados Unidos ya no tiene capacidad ni interés para ejercer de policía mundial"
Raymond Learsy, analista del centro Woodrow Wilson
El analista Raymond Learsy del centro Woodrow Wilson, con sede en Washington, cree que en adelante EE.UU. tendrá que recurrir en más ocasiones a la ayuda de los aliados porque ya no tiene capacidad ni interés para ejercer de "policía mundial".
Consultado por BBC Mundo, Learsy resalta que la OTAN y la cooperación entre Europa y EE.UU. han salido reforzadas como consecuencia del conflicto en Libia.
El analista Reza Jan, del conservador centro Instituto de Iniciativa Estadounidense, con sede en Washington, cuestiona sin embargo que la OTAN pueda actuar eficazmente sin el liderazgo de EE.UU.
Jan resalta la paradoja de que a pesar del bajo perfil estadounidense, sus fuerzas armadas tuvieron un papel fundamental en Libia.
"Durante la campaña, salieron a relucir debilidades en la estrategia", señala Jan a BBC Mundo. "Hubo ocasiones en las que Reino Unido y Francia tuvieron que recurrir de forma imprevista al suministro de armas o de combustible de EE.UU. Dejaron al descubierto la debilidad de la OTAN para llevar a cabo sus operaciones".
Unos 145 aviones no tripulados de EE.UU. realizaron 7.725 vuelos sobre territorio libio. En total, el costo para Estados Unidos de sus operaciones libias asciende hasta ahora a US$1.000 millones.
Otra razón por la que EE.UU. no ha querido aparecer como protagonista en Libia reside en la percepción negativa que esa postura hubiera tenido en el resto del mundo árabe, como apunta el editor de Norteamérica de la BBC, Mark Mardell.
Pero a pesar de ello, agrega Mardell, pronto volverán a surgir las voces de quienes piensan que esta nueva política exterior es derrotista y acabará disminuyendo el poder de EE.UU. en el mundo.
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