La detención del director del FMI sacude de arriba abajo la política francesa.-La líder ultraderechista Le Pen asegura que su detención le desacredita para la política
ANTONIO JIMÉNEZ BARCA
París 15/05/2011
Desde hace meses, todo (o casi todo) en la política francesa giraba en torno a una cuestión: ¿Se presentará Dominique Strauss-Kahn a las primarias socialistas? ¿Aceptará el reto de aspirar a derrotar a Sarkozy en las elecciones presidenciales de 2012? Por eso, la noticia de su detención en Nueva York ha sacudido Francia de arriba abajo.
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Ségolène Royal
El director del Fondo Monetario Internacional (FMI) aparecía siempre como campeón en todos los sondeos. Hoy mismo, dos periódicos publican sendas encuestas (hechas días antes de la detención), en las que DSK (como se le conoce en Francia) aparece en cabeza. Según Le Parisien, Strauss-Kahn figura como el preferido de los simpatizantes socialistas, esto es, el mejor colocado para ganar las primarias, que se celebrarán en otoño; Según Le Journal du dimanche, es el preferido de los franceses, es decir, el líder político con más posibilidades de convertirse en presidente de la República francesa dentro de un año. Hasta hoy.
Porque la noticia de hoy lo cambia todo. Las posibilidades de que DSK decida presentarse a las primarias socialistas (el plazo para hacerlo se acaba dentro de un mes y medio) se reducen. También su estatura política, independientemente de la presunción de inocencia a la que se apelan sus correligionarios socialistas. En todo caso, Sarkozy está a un paso de desembarazarse de su más peligroso enemigo.
A las pocas horas de saberse que Strauss-Kahn se encontraba en una comisaría de Nueva York, Marine Le Pen, presidenta del Frente Nacional y siempre presta a saltar a comentar cualquier incidente, manifestó, simplemente, que DSK "está desacreditado para siempre". Bernard Debré, diputado de la Unión por un Movimiento Popular (UMP), la formación de centro derecha de Sarkozy, añadía: "Ha humillado al FMI y ha humillado a Francia".
El Gobierno guarda silencio
Algunos de los seguidores de Strauss-Kahn recuerdan que los hechos descritos por la policía neoyorquina no concuerdan con la imagen de un hombre, mujeriego y seductor, pero no violento. Ségolène Royal, candidata a las primarias, ha pedido que no se juzgue todavía "a un hombre que todavía no ha tenido ocasión de defenderse".
En una entrevista en la radio Europe 1, Royal ha salido en defensa del director gerente del FMI y ha repetido una y otra vez que Strauss-Kahn tiene derecho a defenderse y a la presunción de inocencia. "Ahora mismo mis pensamientos están con su familia. Hay que respetar a un hombre que todavía no ha tenido la oportunidad de defenderse". Preguntada por el efecto que tendrá la noticia sobre las primarias en el Partido Socialista de las que saldrá el rival de Sarkozy, Royal ha dicho que aún era pronto para pronunciarse. "No precipiten los acontecimientos", ha advertido a los periodistas.
"Debemos mantener la calma y la serenidad. La justicia debe mantener la serenidad para descubrir la verdad", ha insistido Royal, preguntada una y otra vez sobre las consecuencias en la vida política francesa de la detención.
El Gobierno francés, en un escueto comunicado, se pronunció en el mismo sentido e hizo un llamamiento al "respeto del proceso judicial" y recordó su derecho a la "presunción de inocencia". La esposa de Strauss-Kahn, la periodista Anne Sinclair, también mostró su apoyo sin fisuras a su marido y aseguró que no cree "ni por un segundo" las acusaciones contra su marido, en un texto difundido por diferentes medios franceses.
El cataclismo de la información también transforma el futuro de las primarias y sus candidatos. Martine Aubry, primera secretaria del Partido Socialista francés (PS), había dejado entrever alguna vez que no se presentaría si, a su vez, DSK decidía dar el paso; François Hollande, ex primer secretario, ya candidato declarado, que poco a poco avanzaba en las encuestas ganándole terreno a DSK semana a semana, gana posiciones de golpe con el incidente.
La detención en Nueva York a bordo de un avión de Air France cierra de la peor manera posible una mala quincena para DSK, muy criticado en Francia por su tren de vida (paseos en París con un colaborador en un Porche Panamera de 100.000 euros, mansiones en Marruecos, pisos de lujo en los barrios más exclusivos de París...) poco acorde con un dirigente socialista que debe reunir en torno a él a toda la izquierda francesa.
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