Del Tiempo Marques aparece con un folder en la mano derecha, o sea, que aparentemente el encuentro “íntimo” pudo haber sido más bien una sesión de negocios o de búsqueda de apadrinamiento.
Fotografía puesta a circular por internet del presidente Leonel Fernández, al centro, Arturo del Tiempo Marques (i) y Arturo del Tiempo Manzarbeitia.
SANTO DOMINGO (R. Dominicana).- Los vínculos con las instancias más altas del poder del presunto narcotraficante español Arturo del Tiempo Marques, parecen no dejar dudas sobre un futuro “borrón y cuenta nueva” en el caso sobre lavado de activos abierto por la Fiscalía del Distrito Nacional, contra los propietarios de la Torre Atiemar.
La fotografía que ahora ha comenzado a circular, donde aparece el presidente Leonel Fernández con Del Tiempo Marques y su hijo Arturo del Tiempo Manzarbeitia, lleva la imaginación aún más lejos que lo que pudo la imagen del primer picazo para dejar iniciada la Torre Atiemar.
La imagen, tomada aparentemente en el Palacio Nacional y con un retrato de Juan Pablo Duarte guardando la espalda, podría indicar un vínculo más cerrado entre el español y sectores de poder, de cuyos límites no se sabe si se detienen en la puerta o penetran el despacho presidencial.
Del Tiempo Marques aparece con un folder en la mano derecha, o sea, que aparentemente el encuentro “íntimo” pudo haber sido más bien una sesión de negocios o de búsqueda de apadrinamiento.
De seguro que la imagen pondrá a muchos a especular sobre las bondades económicas del proyecto inmobiliario desarrollado por Del Tiempo Marques, ya que a todas luces hubo que agenciarse apoyo político, por encima de las oportunidades de orden financiero.
De la foto se desprenden numerosas interrogantes, comenzando por si del encuentro salió la orden para que el Banco de Reservas financiara la construcción de la Torre Atiemar, sin que los constructores poseyeran la suficiente solvencia.
Una interrogante que habrá de responder el presidente Fernández en algún momento, es de dónde salió su “emoción” cuando al dejar iniciada la obra, en octubre del 2005, expresó que la inversión obedecía a la confianza que inspiraba su gobierno y que no era ese solo caso, sino que se anunciarían otras torres hasta alcanzar unas 30 en esos días.
El propio mandatario debería aclarar cómo llegó a su entorno el español, preso en su país por tráfico de droga, si le fue presentado por algún funcionario o empresario, o si su proyecto fue uno de los captados durante los viajes presidenciales, destinados, entre otras cosas, para promover la inversión extranjera.
Lo cierto es que la imagen de los supuestos capos en el Palacio Nacional y la “emoción” del Presidente el día del primer picazo, contrastan con el historial financiero de Del Tiempo Marques, que según el Registro Mercantil de España, no corresponde a un acaudalado ni un grupo empresarial reconocido, para la inversión que se proponía hacer.
Fotografía puesta a circular por internet del presidente Leonel Fernández, al centro, Arturo del Tiempo Marques (i) y Arturo del Tiempo Manzarbeitia.
SANTO DOMINGO (R. Dominicana).- Los vínculos con las instancias más altas del poder del presunto narcotraficante español Arturo del Tiempo Marques, parecen no dejar dudas sobre un futuro “borrón y cuenta nueva” en el caso sobre lavado de activos abierto por la Fiscalía del Distrito Nacional, contra los propietarios de la Torre Atiemar.
La fotografía que ahora ha comenzado a circular, donde aparece el presidente Leonel Fernández con Del Tiempo Marques y su hijo Arturo del Tiempo Manzarbeitia, lleva la imaginación aún más lejos que lo que pudo la imagen del primer picazo para dejar iniciada la Torre Atiemar.
La imagen, tomada aparentemente en el Palacio Nacional y con un retrato de Juan Pablo Duarte guardando la espalda, podría indicar un vínculo más cerrado entre el español y sectores de poder, de cuyos límites no se sabe si se detienen en la puerta o penetran el despacho presidencial.
Del Tiempo Marques aparece con un folder en la mano derecha, o sea, que aparentemente el encuentro “íntimo” pudo haber sido más bien una sesión de negocios o de búsqueda de apadrinamiento.
De seguro que la imagen pondrá a muchos a especular sobre las bondades económicas del proyecto inmobiliario desarrollado por Del Tiempo Marques, ya que a todas luces hubo que agenciarse apoyo político, por encima de las oportunidades de orden financiero.
De la foto se desprenden numerosas interrogantes, comenzando por si del encuentro salió la orden para que el Banco de Reservas financiara la construcción de la Torre Atiemar, sin que los constructores poseyeran la suficiente solvencia.
Una interrogante que habrá de responder el presidente Fernández en algún momento, es de dónde salió su “emoción” cuando al dejar iniciada la obra, en octubre del 2005, expresó que la inversión obedecía a la confianza que inspiraba su gobierno y que no era ese solo caso, sino que se anunciarían otras torres hasta alcanzar unas 30 en esos días.
El propio mandatario debería aclarar cómo llegó a su entorno el español, preso en su país por tráfico de droga, si le fue presentado por algún funcionario o empresario, o si su proyecto fue uno de los captados durante los viajes presidenciales, destinados, entre otras cosas, para promover la inversión extranjera.
Lo cierto es que la imagen de los supuestos capos en el Palacio Nacional y la “emoción” del Presidente el día del primer picazo, contrastan con el historial financiero de Del Tiempo Marques, que según el Registro Mercantil de España, no corresponde a un acaudalado ni un grupo empresarial reconocido, para la inversión que se proponía hacer.
Fuente: 7dias.com
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