martes, 16 de noviembre de 2010

HAITÍ SE REBELA CONTRA NACIONES UNIDAS....

Una mujer se cubre la cara ante una barricada de neumáticos en Puerto Príncipe, adonde se extendieron las manifestaciones contra la ONU.- AP

Las violentas protestas en el país contra los 'cascos azules' causan dos muertos y unos 30 heridos.- Los haitianos creen que los soldados nepalíes importaron el cólera
IBAN CAMPO - Santo Domingo - 16/11/2010
Al menos dos personas han muerto y una treintena han resultado heridas en Haití desde el lunes en los enfrentamientos entre manifestantes haitianos y los cascos azules de la ONU desplegados en el país caribeño. Una de las víctimas murió cuando uno de los soldados, "en legítima defensa" de acuerdo con la versión oficial dada por Naciones Unidas, repelió un ataque armado de los manifestantes. Los participantes en las protestas violentas acusaban al batallón nepalí de haber importado el cólera al país, enfermedad que en tres semanas ha provocado la muerte de más de 1.000 personas e infectado a más de 15.000. Naciones Unidas achaca las movilizaciones a una manipulación política con el fin de crear un clima de inseguridad ante las elecciones previstas para el último fin de semana de noviembre. Los incidentes se han desarrollado mayormente en la ciudad de Cabo Haitiano (norte), la segunda ciudad más importante del país, donde los manifestantes arrojaron piedras y trataron de prender fuego a una base de las fuerzas de paz.

El cólera se cobra más de 900 vidas en Haití
La ONU alerta de que hasta 200.000 haitianos pueden contraer el cólera
"La gente cree que están malditos"
El cólera, según unos, y la política, según otros, son los móviles que están detrás de los enfrentamientos entre haitianos y soldados de las fuerzas de la ONU. Según los manifestantes, el brote de cólera fue introducido en el país por soldados de Nepal que llegaron a mediados de octubre para incorporarse a la fuerza multinacional de la ONU. Pero según la organización, grupos políticos extremistas sin identificar han organizado las protestas para boicotear las elecciones previstas para el próximo 28 de noviembre. De ellas debe salir el presidente que liderará la reconstrucción de Haití tras el terremoto que el 12 de enero destruyó buena parte de Puerto Príncipe, la capital, y sus alrededores. La ONU ha insistido en que todas las pruebas que se han realizado en el campamento nepalí para determinar si tuvieron que ver con el brote del cólera han resultado negativas. No obstante, el hecho de que laboratorios de EE UU hayan indicado que la cepa es de origen surasiático y que la base nepalí está junto al río que se cree que es el foco de la epidemia, han desatado la furia de los haitianos. Hacía más de 100 años que la enfermedad no se registraba en la isla.

Hasta la tarde de ayer, las fuerzas de la ONU investigaban la muerte de un manifestante en la localidad de Quartier Morin por un disparo de uno de sus soldados. El incidente se produjo cuando un grupo de personas armadas intentaron entrar por la fuerza en el helipuerto que tiene la ONU en la zona. Hubo otro muerto en la ciudad de Cabo Haitiano, a unos 130 kilómetros al norte de Puerto Príncipe. Mientras en la ONU afirman que se produjo lejos de donde se escenificaban los incidentes y que desconocen la causa del fallecimiento, en declaraciones a medios locales, un juez de paz de la ciudad, Bimps Noël, dijo que el cuerpo del joven, que presentaba un disparo en la espalda, estaba delante de la base que tienen los cascos azules en la zona, bajo el control de soldados chilenos. "En un primer momento, los cascos azules dispararon para dispersar la manifestación y luego tengo la impresión de que han disparado a dar", dijo Noël. En cuanto al número de heridos, fuentes locales indican que hubo al menos 19 entre los manifestantes, 15 de ellos por impacto de bala. La ONU también afirma tener heridos en sus filas, pero de escasa consideración. El ambiente en las zonas de los disturbios era tenso ayer, con barricadas de fogatas, negocios cerrados y la población encerrada en sus casas.

"Una comisión está al frente de las investigaciones para esclarecer lo sucedido", dijo desde Puerto Príncipe Damián Cardona, consejero especial de la misión para apoyar las elecciones, en referencia al muerto causado por uno de los cascos azules. Sobre el origen de las protestas, Cardona, que también es director de Información de Naciones Unidas para Colombia, Ecuador y Venezuela, afirmó que "parecen muy bien preparadas, propias de una agitación política en lugares donde se dan situaciones de fragilidad en periodos electorales". En entrevista telefónica, Cardona contó: "Hubo un ataque desde ocho posiciones diferentes, incluso coordinación por teléfonos móviles, vía SMS. Esto tiene todos los visos de haber sido muy organizado, y para nada espontáneo", dijo desde su base de operaciones en la capital haitiana.
Los funcionarios internacionales no tienen aún claro qué grupos políticos pueden estar detrás de las protestas. "Pero indudablemente tienen interés en alterar el orden de las elecciones, cuyos preparativos van avanzando", dijo Cardona. El portavoz no descarta que haya descontento por el cólera, "pero en Cabo Haitiano [la epidemia] apenas ha tenido incidencia. Quizá hay que sumar a todo esto que este 18 de noviembre se celebra un nuevo aniversario de la victoria haitiana en la batalla de Vertierres [en 1803, decisiva para la independencia de Haití de Francia] y el sentimiento nacional también puede haber influido en el surgimiento de las protestas"
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"La gente cree que están malditos"

La epidemia, inédita en el país en más de cien años, ha causado más de 1.000 muertos y se suma a los desastres del terremoto y las inundaciones

ÓSCAR GUTIÉRREZ - Madrid - 16/11/2010
Los haitianos miran con malos ojos al Meille, río junto al que los soldados nepalíes de la Misión de Naciones Unidas para la Estabilización de Haití (Minustah) estuvieron acampados y uno de los posibles focos de la cepa que ha extendido el cólera por el país. "Desde que apareció el brote, los haitianos están preocupados por su origen", explica por teléfono desde Puerto Príncipe el cooperante de la organización Internews Yvens Rumblod. Periodista haitiano de 21 años, Rumbold explica que muchos haitianos responsabilizan a los militares nepalíes de la epidemia. "Necesitan saber de dónde viene el brote y eso explica que se echen a las calles. Habrá más manifestaciones".
Con más sorpresa que este periodista local, Suranga Mallawa, de la oficina de Naciones Unidas de Servicios para Proyectos, insiste en que "los haitianos solo quieren saber el origen de la epidemia". Mallawa, que llegó al país tras el terremoto del 12 de enero y regresó ante la llegada del huracán Tomás ?que dejó a su paso 21 muertos?, afirma que para la mayor parte de los haitianos "solo los extranjeros pueden haber traído la enfermedad". Al desconocimiento, campo de batalla de las ONG, Mallawa une otro sentimiento que refuerza la epidemia, la impotencia: "Esperaban haber regresado a sus hogares tras el temblor y no han podido".

"Los episodios de violencia van a aumentar"
Pero los choques entre la Minustah y los manifestantes no se reducen a Cabo Haitiano como relata Dana van Alphen, de la Organización Mundial de la Salud. "Los episodios de violencia se han extendido a otros lugares del país y van aumentar", se aventura a pronosticar esta cooperante. Haití vive su tercer drama ?tras el seísmo del 12 de enero y el paso del huracán y las inundaciones? en solo 10 meses sumergido en un clima de ignorancia y desconfianza. "Tienen miedo, incluso a tocar a los pacientes de cólera" explica Van Alphen, quien ejemplifica este estado de nervios con la negativa de un grupo de desplazados por el terremoto en Puerto Príncipe a la instalación de un equipo de prevención. "Creían que sería un foco de contagio".
Más de 100 años después del último brote de cólera, la enfermedad se ha presentado en Haití como algo nuevo y desconocido, fantasma que ha hecho revivir a muchos ciudadanos el drama del terremoto. "Tras el seísmo, muchos haitianos se sintieron muy culpables por no enterrar correctamente a sus familiares", explica Pauline Peenairt, trabajadora de la ONG Acción contra el Hambre (ACH). "Con el cólera está pasando lo mismo, les ha sorprendido y no estaban preparados (...) La gente cree que el cólera está relacionado con el vudú, que [los enfermos] están malditos".
El sentimiento de inseguridad que trastabilló la primera reacción de emergencia tras el terremoto vuelve a las mentes de los haitianos. "Es una inseguridad mental, física y material", afirma Peenairt, que, no obstante, aprovecha para aclarar que esas emociones no se han vuelto contra los cooperantes ni las organizaciones humanitarias.
"Cuando estoy en el terreno ?continúa la trabajadora de ACH? no siento un enfado real contra las ONG. No es odio contra la ocupación extranjera, sino que es un mecanismo psicológico por la falta de información". En el mismo sentido, Julien Schindall, de la organización británica Oxfam Internacional, cree que la falta de experiencia con una enfermedad como el cólera es la que está haciendo brotar una nueva como la violencia. "Los haitianos están asustados, ni siquiera saben que el cólera tiene tratamiento, necesitan más información". Y más que datos útiles sobre la epidemia, lo que ahora pueden leer los haitianos en las calles son carteles políticos para los comicios del 28 de noviembre.

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