Ángel Mena y Rosa Krawinkel, funcionarios de la universidad.
En el campus se ven pocos estudiantes, corren como el diablo a la cruz a los periodistas que se acercan para recabar su opinión sobre el caso. No queremos más problemas de los que ya tenemos, vociferaron dos jóvenes que espantaron la mula cuando inquirimos su parecer.
SANTO DOMINGO (R. Dominicana).- El conflicto entre autoridades de la Universidad Católica de Santo Domingo (UCSD) y estudiantes está en manos de la Fiscalía del Distrito Nacional. La UCSD pidió al cuerpo judicial investigar los jóvenes que organizaron dos manifestaciones contra el aumento de los precios de inscripción y matriculación.
Ángel Mena, vicerrector administrativo, dice que la UCSD se vio obligada a tomar medidas porque resultó insólito “el desorden que armaron algunos estudiantes el pasado 14 de julio con la participación de grupos como Toy Jarto, la Federación Dominicana de Estudiantes Dominicanos (FED) y otras entidades ajenas a la universidad”.
Mena explicó que debido al aumento de la factura eléctrica, los incrementos salariales a profesores y empleados y los costos de combustibles y mantenimiento de la planta de emergencia la casa de estudios tuvo que transferir una parte de esos aumentos a los estudiantes.
El crédito pasó de 470 pesos a 570, un alza de 100 pesos en las carreras regulares. La inscripción se elevó en 700 pesos, ahora cuesta 3,000 pesos por estudiante. “La universidad tenía más de dos años que no hacía ningún ajuste y lo que recibimos como subvención del Estado es apenas 17 pesos por estudiante”, expuso Mena en una rueda de prensa con la presencia de las más altas autoridades de la UCSD.
Alega en defensa de la academia que “todo ha subido”, y que solo el 70 por ciento de esas alzas han sido transferidas a los estudiantes. Mientras que Rosa Kranwinkel, vicerrectora académica negó que el centro, propiedad de la Arquidiócesis de Santo Domingo, tenga planes de sacar de sus aulas a los estudiantes que escenificaron las protestas.
“Nosotros lo que queremos es proteger a nuestros estudiantes, que no se dejen sorprender en sus buenas intenciones”, exclamó la vicerrectora después de resaltar los aportes que a su juicio brinda la academia a la sociedad dominicana.
“Somos una universidad abierta, aquí no se persigue a nadie por su forma de pensar, pero no aceptamos ese tipo de desorden provenientes de otros ámbitos”, adujo Kranwinkel al desmentir que la dirección universitaria esté obligando a los estudiantes a firmar una carta donde supuestamente se les exige pedir perdón por haberse involucrado en las protestas.
La información está circulando por las redes sociales, donde organizaciones juveniles mantienen una campaña en contra de lo que definen como “abusos y coartación de la libertad de expresión en la UCSD”.
De acuerdo con Mena y Kranwinkel a unos 325 estudiantes les fue “frisada” su matriculación hasta estudiar uno por uno cada caso. Así se determinará la relación de cada “frisado” con los desórdenes registrados hace dos semanas. Del total de “frisados” ya el 50% ha sido descongelado y las autoridades esperan que para los próximos días el resto esté “normalizado”. Ambos académicos entienden que solo un minúsculo grupo será sometido a algún tipo de sanción en función de los reglamentos y los estatutos del centro académico.
En el campus se ven pocos estudiantes, corren como el diablo a la cruz a los periodistas que se acercan para recabar su opinión sobre el caso. No queremos más problemas de los que ya tenemos, vociferaron dos jóvenes que espantaron la mula cuando inquirimos su parecer
Alfonso Torres/7dias.com.do
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