lunes, 11 de enero de 2010

UNA "EXPLICACIÓN" DIVERSIONISTA Y POCO INTELIGENTE...

Rolando Rosado Mateo a su salida de la reunión.
Nelson Rosario, Bienvenido Fabián Melo, Frank Soto, Rolando Rosado Mateo, Rafael Guillermo Guzmán Fermín y Juan Fructuoso Heredia (Fuente externa).


SANTO DOMINGO (R. Dominicana).- Un insulto a la inteligencia colectiva, y no otra cosa, es la “explicación” ofrecida por la comisión “investigadora” sobre hechos cruciales del caso protagonizado por José Figueroa Agosto, como lo es el asesinato del ex coronel José González González, el pasado 24 de diciembre.

Sin el menor rubor, Rolando Rosado Mateo, presidente de la Dirección Nacional de Control de Drogas (DNCD), y Rafael Guillermo Guzmán Fermín, jefe de la Policía, pretenden hacer creer que la muerte del ex coronel responde a la infidelidad cometida por su esposa con el capo prófugo.

Reducir el caso a un simple enredo sexual, por demás frecuente en un ambiente donde las orgías eran cotidianas, ha sido una opción equivocada de las “autoridades”. Nadie les ha creído. Por el contrario, es generalizado el convencimiento de que con esta “explicación” se intenta echar una cortina de humo sobre una situación que involucra, según el rumor público, no solo a altos jefes militares, sino también a funcionarios clave en el gobierno del presidente Leonel Fernández.

Que el montaje de este lunes persigue esa finalidad viene a confirmarlo la ausencia del procurador general de la República, Radhamés Jiménez Peña, y el fiscal del Distrito Nacional, Alejandro Moscoso Segarra, quienes son los jefes de la investigación. Ha sido el Ministerio Público el que ha enviado a la cárcel a los presuntos testaferros de Figueroa Agosto, como Mary Peláez, Ivanovich Smeter Ginebra y José Fernández Ibarra.

¿Por qué no asistieron los representantes del Ministerio Público si su participación en la reunión había sido anunciada desde la pasada semana? La pregunta no es peregrina porque la respuesta puede muy bien conducir a que en el manejo del oscuro caso, los militares están imponiendo sus propias reglas.

Desde que el 3 de septiembre de 2009 la existencia de la red de Figueroa Agosto fuera conocida por la opinión pública, son muchos los nombres de militares que han salido a relucir como posibles cómplices del capo. Los datos que inevitablemente se filtran hablan de complicidades de alto nivel, únicas que explican la impunidad de la que se beneficio Figueroa Agosto e, incluso, que haya podido escapar indemne.

Por demás, ninguna de las personas sindicadas como testaferros del narcotraficante son marginales sociales. Cada día quedan al descubierto los vínculos de Figueroa Agosto con importantes miembros de la “socialité” dominicana. Su mundo no era el los microtraficantes que derrochan el dinero adquirido en las discotecas de la provincia de Santo Domingo, sino el los lugares de más renombre en el Polígono Central y los resorts, donde se reúne la llamada “crema y nata” de la sociedad dominicana y los funcionarios convertidos gracias al ejercicio del poder en asiduos de alto consumo.

Pero volviendo a la “explicación” de Mateo Rosado y Guzmán Fermín sobre las razones del crimen de González González, habría que plantear algunas preguntas:

¿Por qué si el ofendido era el militar es mandado a matar por el ofensor?

¿Por qué el asesinato “pasional” no se produjo inmediatamente después de develada la supuesta infidelidad de la esposa del coronel?

¿Por qué Figueroa Agosto ordena el asesinato casi cuatro meses después de haberse visto obligado a pasar a la clandestinidad?

Y si el asesinato de González González es obra de Figueroa Agosto, ¿debemos suponer que está en el país burlándose de las “autoridades”?

¿Y si está aquí, quién lo protege que a las “autoridades” les resulta imposible dar con su paradero o, lo más probable según esta hipótesis, entrar al espacio que lo protege?

Convertir en zaga pornográfica el caso de Figueroa Agosto no le sacará las castañas del fuego al Gobierno del presidente Leonel Fernández, ni disipará el convencimiento ciudadano de que parte importantísima del poder militar, económico, político y social está comprometido hasta la coronilla con las actividades no tan solo de la red de Figueroa Agosto, sino con el narcotráfico.

7dias.com.do

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