«Blue Jasmine» bucea en la crisis económica desde un punto de vista íntimo, humano, emotivo... es una tragedia donde la catarsis surge cuando una mujer lo pierde todo en su vida. Dejando atrás su tour cinematográfico por Europa, Woody Allen centra la historia en San Francisco, donde se deja llevar por sus espacios para crear una cinta en la que Blanchet resuelve con grandeza. Con las mismas reflexiones filosóficas a las que nos tiene acostumbrados, con ese miedo a negar la realidad que es el pan de cada día de su existencia, Allen demuestra una vez más que es un maestro a la hora de escribir personajes femeninos. Pocos guionistas hay que, como él, entienden la naturaleza de la mujer y sepan transmitirla desde tantas perspectivas.
- ¿Es cierto que Woody Allen está en el mejor momento de su carrera?
- No lo sé. No me corresponde a mí decirlo. Cuando ruedo trato de hacer una película mejor que la anterior. Unas veces sale bien y otras no. La suerte juega un papel importante.
- ¿Cuál fue su fuente de inspiración para crear el personaje de Cate Blanchett?
- Estaba almorzando con mi esposa cuando me contó la historia de una amiga suya que le había hablado de una mujer que había estado en las circunstancias del personaje. Ella es muy, muy rica, de la alta sociedad, acostumbrada a aviones privados y muchos lujos y de pronto todo se colapsa y su nueva realidad es traumática, porque después de años de vivir de la mejor forma posible se encuentra con que tiene que trabajar y que toda su vida cambia completamente. Esa es la base de mi historia, luego la embellecí dándole una hermana adoptada y una casa al final, pero la esencia del personaje es real.
- ¿Le interesa el aspecto económico-social que se vive en estos momentos?
- No. Nunca tuve ni un pensamiento con respecto a la economía, lo único que me ha inspirado es la tragedia personal de esta mujer y cómo se enfrenta a su nueva situación. Pero de una forma afortunada la película tiene más sentido por la situación económica, porque hay gente a todos los niveles en Estados Unidos y en Europa sufriendo las consecuencias de la crisis y se identifican con el personaje. Todo el mundo, desde lo ricos, la clase media y los pobres se ha visto damnificado por la situación.
- Y usted... ¿ha sentido los efectos de la situación económica?
- No me ha afectado terriblemente porque no invierto en bolsa ni en nada parecido, no tengo tanto dinero. Vivo confortablemente y nunca he deseado enriquecerme. Hace años les di unas instrucciones a mis contables y les avise que no quería enriquecerme . Les dije que simplemente quería tener dinero suficiente para vivir de forma holgada y poder seguir trabajando como a mí me gusta, eso es realmente lo que me importa. En lo único que me afectó la crisis fue en mis ahorros del banco, igual que les ha sucedido a muchos, porque nos quedamos sin intereses, pero eso es todo. De haber especulado en el pasado tal vez ahora seria millonario, sin embargo nunca lo hice porque no soy jugador.
- Su situación económica le permite independencia artística...
- Sí. Cuando yo ruedo una película tengo independencia, pero ya no es lo que era hace años. Antes, en otra época de mi carrera podía rodar una semana extra, dos semanas extra, ir a editar a Nueva York y regresar para rodar de nuevo. Eso hoy en día es imposible. Me he tenido que adaptar a los tiempos, ahora veo lo que he rodado cada día y si hay algo que no me gusta trato de encajar esa escena en otro día. Ya no puedo pasarme rodando porque tengo menos presupuesto.
- Pero sus películas cada vez hacen más dinero en la taquilla.
- Es un simple accidente. He estrenado un par de películas que llamaron la atención del publico, pero es un accidente. Puedo hacer diez películas seguidas y el publico no sentirse atraído o interesado por ellas. El éxito de un filme es el capricho de la audiencia.
- Usted suele incluir personajes que son reflexiones o imágenes suyas ¿Con qué personaje se identifica en «Blue Jasmine»?
- Creo que lo mas cercano a mi serían algunos elementos de Cate (Blanchett) porque yo también vivo negando mi realidad, el paso del tiempo y todas esas cosas. No me gusta oír la verdad en ciertos momentos, pero eso es todo.
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