1 Febrero 2012, 10:14 PM
RD, rey de la Serie CaribeEscogido ganó en su hogar
Pioneros. Los Tigres del Licey se convirtieron en el primer equipo dominicano en ganar un clásico caribeño, al lograrlo de forma invicta en 1971 con marca de seis triunfos y cero reveses
Escrito por: HANSEL D. MATTHEWS (h.matthews@hoy.com.do) Pioneros. Los Tigres del Licey se convirtieron en el primer equipo dominicano en ganar un clásico caribeño, al lograrlo de forma invicta en 1971 con marca de seis triunfos y cero reveses
Dueños del hogar. La tropa azul participó en su sexta Serie del Caribe en 1980, siendo dueños de casa, y lograron la corona. Así pasaron a ser el primer conjunto del país en ganar en su hogar.
Cuando inicia hoy la versión XLIII de la Serie del Caribe, República Dominicana se presenta como monarca absoluto del evento beisbolero, gracias a sus 18 coronas en un total de 42 participaciones.
Su más cercano contendor es Puerto Rico, nación que acumula 10 cetros en el torneo de campeones caribeños; seguido de Venezuela, siete, mientras que México suma seis.
Los combinados dominicanos dividen sus 18 campeonatos de la siguiente manera: Tigres del Licey amontonan 10 coronas, posicionándolos como el equipo más ganador del certamen; luego, Águilas Cibaeñas cuentan con cinco y Leones del Escogido, tres.
Toros del Este, Estrellas Orientales y Gigantes del Cibao nunca han probado el néctar de la victoria en la denominada Serie del Caribe. Tampoco los desaparecidos Caimanes del Sur ni los Pollos del Cibao tuvieron el chance de llevarse la victoria.
En forma general, el Licey disfruta del evento en 18 ocasiones, contabilizando cuando el equipo fue subcampeón en 2008 y tuvo el privilegio de ganar la serie en la ciudad de Santiago de los Caballeros. Las Águilas suman 17 presentaciones, mientras que los Leones asisten ahora a su séptima versión.
República Dominicana asiste al clásico del Caribe desde 1970, siendo el Licey el primer conjunto en representar al país.
Sin embargo, ese debut fue mediocre para la nación tricolor, al finalizar con marca de apenas un triunfo y siete reveses. Manuel Mota, inmortal de la Serie del Caribe, fungió como jugador y dirigente.
Para 1971, la historia tuvo otro sabor para los Tigres, equipo que consiguió la serie de forma invicta, y se convirtieron así en el primer combinado dominicano que logra el triunfo en un evento de esa magnitud.
Mota brilló, llevándose el liderato de bateo con un robusto .579, además de ser el mánager campeón y pertenecer al Equipo Todos Estrellas como el jardinero central.
Para 1972, las Águilas tuvieron su primera oportunidad, siendo además dueño de casa, al celebrarse en el Estadio Quisqueya. El conjunto concluyó con marca de 3-3 y el estratega Osvaldo Virgil tuvo que conformarse con un empate en el segundo lugar.
En 1973, los Tigres vuelven a la carga y logran su segunda corona con la diferencia de que no fue de forma invicta. Consiguieron marca de 5-1, siendo el piloto Tom LaSorda y destacándose Mota y Jesús Rojas Alou, quienes batearon para promedio de .500 cada uno, gracias a 12 imparables en 24 turnos agotados.
Para 1974, el Licey mantiene su monarquía local, pero se quedaron cortos para alcanzar el bicampeonato caribeño. LaSorda siguió como dirigente, pero la tropa azul finalizó con un pálido récord de 3-3.
En 1975, los aguiluchos acudieron por segunda ocasión y Bayamón, Puerto Rico, se metió en el camino del equipo con sede en Santiago.
Para 1976, las Águilas repiten el torneo local, pero vuelven a fracasar en su intento por el título caribeño. Hermosillo, representante de México, se coronó campeón con marca de 5-1.
En 1977, los felinos acudieron por quinta vez al certamen y alcanzaron el galardón por segunda ocasión invicta y su tercero de forma global. La serie fue celebrada en Caracas, Venezuela, donde Ricardo Carty se volvió “loco” dando palos y estableció una marca de cinco bambinazos para una serie.
Para 1978, los cibaeños regresaron por cuarta vez y pasó lo mismo: cayeron vencidos y Mayagüez, representante boricua, tuvo récord de 5-1.
En 1979, las aguerridas Águilas asisten al evento por segundo año seguido y quinta vez en sentido general y vuelven a oler el polvo de la derrota.
Para 1980, los Tigres ganaron el campeonato local y la serie fue celebrada en el parque Quisqueya. Allí se convirtieron en el primer conjunto dominicano que triunfa en su sede, siendo el mánager Del Crandall.
En 1981, no se pudo celebrar la Serie del Caribe por diferencias monetarias entre la confederación y los jugadores.
Para 1982, la República Dominicana por fin lleva a otro equipo que no es Licey ni Águilas: los Leones del Escogido.
Los escarlatas fueron dirigidos por Felipe Rojas Alou y no pudieron salir por la puerta delantera. Terminaron con marca negativa de 2-4, quedando en el último lugar.
En 1983, el Licey retornó con Mota como dirigente, pero las cosas no salieron a “pedir de boca”.
Para 1984, los Tigres se apoyan en la ofensiva de George Bell, quien lideró los departamentos de cohetazos, con tres, y remolcadas, seis. No obstante, Zulia, México, concluyó con marca de 5-1.
En 1985, la tropa azul no escatima esfuerzo y regresa al clásico de campeones. El estratega norteamericano Terry Collins lleva al “Glorioso” a un récord de 5-1 y así alcanzan su quinta corona.
Para 1986, las Águilas estuvieron dirigidas por Winston –Chilote- Llenas, ahora mandamás de la escuadra, quien no pudo llevar al conjunto a puerto seguro en la serie celebrada en Maracaibo, Venezuela. Era la sexta visita de los amarillos y aún no lograban su primera corona.
En 1987, se repite otro cetro local para las Águilas y consiguieron un arranque, arrollar de cuatro victorias en la serie que se escenificó en Hermosillo, México. Sin embargo, perdieron los últimos partidos y significó su séptima visita al clásico sin conseguir la gloria.
Para 1988, el Escogido asiste a su segundo certamen, que fue realizado en el parque Quisqueya. Los escarlatas ganaron su primera Serie del Caribe con el dirigente Phil Regan, producto de un récord de 4-2, y además se convirtieron en el segundo equipo dominicano en lograrlo en su sede. Licey fue el pionero en este hecho.
En 1989, los rojos reeditaron su campeonato local, pero no pudieron repetir la historia en la serie, realizada en Mazatlán, México. Los Leones sólo lograron una única victoria y tuvieron que conformarse con el sótano.
Para 1990, el Escogido ganó en la pelota dominicana por tercer año seguido y tuvo que realizar un viaje inédito a la ciudad de Miami, donde se escenificó el clásico del Caribe. La cuadra roja se llevó la corona con marca de 5-1 y Gerónimo Berroa explotó con el madero, situación que le ayudó a conseguir el premio de Jugador Más Valioso (JMV).
En 1991, los Tigres regresan a la Serie del Caribe luego de cinco años fuera del pastel. Por segundo año seguido se realizó en Miami y volvió a presentarse un escenario ideal para los bateadores. La escuadra azul terminó invicta por tercera vez con marca de 5-0. Berroa terminó líder en bateo con .471 y se llevó su segundo premio de JMV.
Para 1992 y 1993, Escogido y Águilas fueron los responsables, pero ambos cayeron vencidos de forma fácil.
En 1994, el equipo azul consiguió su séptimo trofeo, en serie realizada en Puerto La Cruz, Venezuela.
Para 1995, los Toros del Este asistieron por primera vez y se enfrentaron al famoso “Equipo de Ensueño” de Puerto Rico. La historia fue que perdieron ambos juegos contra la fuerte escuadra boricua.
En 1996, las Águilas fueron vencidas en la llamada “revancha” frente a Puerto Rico, pero un año más tarde consiguieron su primer título. Para 1998, también ganaron, logrando su segunda corona en forma seguida.
En 1999, el Licey le arrebató en un juego extra la serie a Mayagüez, Puerto Rico, y así alcanzaron su octavo cetro.
Para el 2000, los boricuas, representados por Puerto Rico, se llevaron el trofeo y los aguiluchos volvieron a caer vencidos, esta vez bajo las riendas del estratega Tony Peña.
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Triunfos y derrotas
Desde el 2001 hasta el 2011, la República Dominicana suma seis coronas. Estas ocurrieron: tres a manos de las Águilas Cibaeñas, con su dirigente Félix Fermín; dos de los Tigres del Licey, bajo las estrategias de Manny Acta y Héctor de la Cruz, mientras que los Leones del Escogido consiguieron un título, con su piloto actual Ken Oberkfell. Esos logros demuestran que el béisbol que se está jugando en el país es muy superior al nivel de todo el Caribe.
Su más cercano contendor es Puerto Rico, nación que acumula 10 cetros en el torneo de campeones caribeños; seguido de Venezuela, siete, mientras que México suma seis.
Los combinados dominicanos dividen sus 18 campeonatos de la siguiente manera: Tigres del Licey amontonan 10 coronas, posicionándolos como el equipo más ganador del certamen; luego, Águilas Cibaeñas cuentan con cinco y Leones del Escogido, tres.
Toros del Este, Estrellas Orientales y Gigantes del Cibao nunca han probado el néctar de la victoria en la denominada Serie del Caribe. Tampoco los desaparecidos Caimanes del Sur ni los Pollos del Cibao tuvieron el chance de llevarse la victoria.
En forma general, el Licey disfruta del evento en 18 ocasiones, contabilizando cuando el equipo fue subcampeón en 2008 y tuvo el privilegio de ganar la serie en la ciudad de Santiago de los Caballeros. Las Águilas suman 17 presentaciones, mientras que los Leones asisten ahora a su séptima versión.
República Dominicana asiste al clásico del Caribe desde 1970, siendo el Licey el primer conjunto en representar al país.
Sin embargo, ese debut fue mediocre para la nación tricolor, al finalizar con marca de apenas un triunfo y siete reveses. Manuel Mota, inmortal de la Serie del Caribe, fungió como jugador y dirigente.
Para 1971, la historia tuvo otro sabor para los Tigres, equipo que consiguió la serie de forma invicta, y se convirtieron así en el primer combinado dominicano que logra el triunfo en un evento de esa magnitud.
Mota brilló, llevándose el liderato de bateo con un robusto .579, además de ser el mánager campeón y pertenecer al Equipo Todos Estrellas como el jardinero central.
Para 1972, las Águilas tuvieron su primera oportunidad, siendo además dueño de casa, al celebrarse en el Estadio Quisqueya. El conjunto concluyó con marca de 3-3 y el estratega Osvaldo Virgil tuvo que conformarse con un empate en el segundo lugar.
En 1973, los Tigres vuelven a la carga y logran su segunda corona con la diferencia de que no fue de forma invicta. Consiguieron marca de 5-1, siendo el piloto Tom LaSorda y destacándose Mota y Jesús Rojas Alou, quienes batearon para promedio de .500 cada uno, gracias a 12 imparables en 24 turnos agotados.
Para 1974, el Licey mantiene su monarquía local, pero se quedaron cortos para alcanzar el bicampeonato caribeño. LaSorda siguió como dirigente, pero la tropa azul finalizó con un pálido récord de 3-3.
En 1975, los aguiluchos acudieron por segunda ocasión y Bayamón, Puerto Rico, se metió en el camino del equipo con sede en Santiago.
Para 1976, las Águilas repiten el torneo local, pero vuelven a fracasar en su intento por el título caribeño. Hermosillo, representante de México, se coronó campeón con marca de 5-1.
En 1977, los felinos acudieron por quinta vez al certamen y alcanzaron el galardón por segunda ocasión invicta y su tercero de forma global. La serie fue celebrada en Caracas, Venezuela, donde Ricardo Carty se volvió “loco” dando palos y estableció una marca de cinco bambinazos para una serie.
Para 1978, los cibaeños regresaron por cuarta vez y pasó lo mismo: cayeron vencidos y Mayagüez, representante boricua, tuvo récord de 5-1.
En 1979, las aguerridas Águilas asisten al evento por segundo año seguido y quinta vez en sentido general y vuelven a oler el polvo de la derrota.
Para 1980, los Tigres ganaron el campeonato local y la serie fue celebrada en el parque Quisqueya. Allí se convirtieron en el primer conjunto dominicano que triunfa en su sede, siendo el mánager Del Crandall.
En 1981, no se pudo celebrar la Serie del Caribe por diferencias monetarias entre la confederación y los jugadores.
Para 1982, la República Dominicana por fin lleva a otro equipo que no es Licey ni Águilas: los Leones del Escogido.
Los escarlatas fueron dirigidos por Felipe Rojas Alou y no pudieron salir por la puerta delantera. Terminaron con marca negativa de 2-4, quedando en el último lugar.
En 1983, el Licey retornó con Mota como dirigente, pero las cosas no salieron a “pedir de boca”.
Para 1984, los Tigres se apoyan en la ofensiva de George Bell, quien lideró los departamentos de cohetazos, con tres, y remolcadas, seis. No obstante, Zulia, México, concluyó con marca de 5-1.
En 1985, la tropa azul no escatima esfuerzo y regresa al clásico de campeones. El estratega norteamericano Terry Collins lleva al “Glorioso” a un récord de 5-1 y así alcanzan su quinta corona.
Para 1986, las Águilas estuvieron dirigidas por Winston –Chilote- Llenas, ahora mandamás de la escuadra, quien no pudo llevar al conjunto a puerto seguro en la serie celebrada en Maracaibo, Venezuela. Era la sexta visita de los amarillos y aún no lograban su primera corona.
En 1987, se repite otro cetro local para las Águilas y consiguieron un arranque, arrollar de cuatro victorias en la serie que se escenificó en Hermosillo, México. Sin embargo, perdieron los últimos partidos y significó su séptima visita al clásico sin conseguir la gloria.
Para 1988, el Escogido asiste a su segundo certamen, que fue realizado en el parque Quisqueya. Los escarlatas ganaron su primera Serie del Caribe con el dirigente Phil Regan, producto de un récord de 4-2, y además se convirtieron en el segundo equipo dominicano en lograrlo en su sede. Licey fue el pionero en este hecho.
En 1989, los rojos reeditaron su campeonato local, pero no pudieron repetir la historia en la serie, realizada en Mazatlán, México. Los Leones sólo lograron una única victoria y tuvieron que conformarse con el sótano.
Para 1990, el Escogido ganó en la pelota dominicana por tercer año seguido y tuvo que realizar un viaje inédito a la ciudad de Miami, donde se escenificó el clásico del Caribe. La cuadra roja se llevó la corona con marca de 5-1 y Gerónimo Berroa explotó con el madero, situación que le ayudó a conseguir el premio de Jugador Más Valioso (JMV).
En 1991, los Tigres regresan a la Serie del Caribe luego de cinco años fuera del pastel. Por segundo año seguido se realizó en Miami y volvió a presentarse un escenario ideal para los bateadores. La escuadra azul terminó invicta por tercera vez con marca de 5-0. Berroa terminó líder en bateo con .471 y se llevó su segundo premio de JMV.
Para 1992 y 1993, Escogido y Águilas fueron los responsables, pero ambos cayeron vencidos de forma fácil.
En 1994, el equipo azul consiguió su séptimo trofeo, en serie realizada en Puerto La Cruz, Venezuela.
Para 1995, los Toros del Este asistieron por primera vez y se enfrentaron al famoso “Equipo de Ensueño” de Puerto Rico. La historia fue que perdieron ambos juegos contra la fuerte escuadra boricua.
En 1996, las Águilas fueron vencidas en la llamada “revancha” frente a Puerto Rico, pero un año más tarde consiguieron su primer título. Para 1998, también ganaron, logrando su segunda corona en forma seguida.
En 1999, el Licey le arrebató en un juego extra la serie a Mayagüez, Puerto Rico, y así alcanzaron su octavo cetro.
Para el 2000, los boricuas, representados por Puerto Rico, se llevaron el trofeo y los aguiluchos volvieron a caer vencidos, esta vez bajo las riendas del estratega Tony Peña.
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Triunfos y derrotas
Desde el 2001 hasta el 2011, la República Dominicana suma seis coronas. Estas ocurrieron: tres a manos de las Águilas Cibaeñas, con su dirigente Félix Fermín; dos de los Tigres del Licey, bajo las estrategias de Manny Acta y Héctor de la Cruz, mientras que los Leones del Escogido consiguieron un título, con su piloto actual Ken Oberkfell. Esos logros demuestran que el béisbol que se está jugando en el país es muy superior al nivel de todo el Caribe.
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