EL AÑO PASADO TRES SICARIOS MATARON A SU HIJO EN ESE MISMO LUGAR
Personal de la Policía Científica y de Patología Forense trabaja en la escena del crimen donde el ingeniero Rafael Pérez Saviñón fue asesinado ayer. La familia de la víctima observa desde el tercer piso.
Ramón Urbáez
Santo Domingo
Listin DiarioDos desconocidos que viajaban en una motocicleta ejecutaron ayer de tres disparos de pistola 45 al ingeniero civil, Rafael Humberto Pérez Saviñón, de 79 años, en el mismo lugar y a la misma hora en que tres sicarios a sueldo mataron a su hijo, Víctor Pérez Duvergé, el 24 de diciembre del año pasado.
Los asesinos aparentemente esperaban en el parqueo del edificio donde vivía Pérez Saviñón y tan pronto éste detuvo el vehículo que conducía se acercaron a la ventanilla y le disparon a quemarropa a través de los cristales, aún sin apagar el motor que permaneció encendido por más de dos horas, hasta que los forenses retiraron el cuerpo.
El ingeniero retornaba a su casa en pantalones cortos y pantuflas luego de salir a comprar un periódico que no llegó a leer, porque ya los dos hombres estaban al acecho en el parqueo del edificio Genald, de la calle Respaldo Rafael Augusto Sánchez 8, de Naco, donde la víctima residía con su familia.
De inmediato la Policía dijo que no había ningún detenido, pero que se investigaban las descripciones de los presuntos asesinos que dieron algunos vecinos.
El hecho de sangre, que se produjo a plena luz del día y delante de los transeúntes, causó una gran comoción entre los residentes del exclusivo sector capitalino, ya que en el mismo parqueo y a esa misma hora, 11:45 AM, tres pistoleros acribillaron a balazos el año pasado a uno de los hijo de la víctima.
Tan pronto se produjo el crimen, un amplio operativo policial se montó en el vecindario, mientras el coronel Porfirio Mieses Abréu, del la Dirección Central de la Policía, mantenía acordonado el parqueo y el vehículo donde estaba el cadáver de Pérez Saviñón para evitar que se contaminaran las evidencias.
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FAMILIARES TEMEROSOS
Pese a que los familiares del ingeniero Pérez Saviñón observaban el cuerpo y las investigaciones de la policía científica desde el balcón del tercer nivel donde residen, no se vio a ninguno de ellos bajar hasta donde estaba el cadáver ni a ofrecer declaraciones a los investigadores.
Pérez Saviñón era dueño de propia firma de ingenieros constructores y su hijo Víctor, asesinado de la misma forma, trabajaba con él. Tiene otros cuatro hijos, un odontólogo y tres, un varón y dos hembras, que residen en el extranjero.
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